martes, 31 de diciembre de 2019

Recuento

Soy todas las veces que llené mi rostro de una sonrisa fingida,
otras más en las que me quedé callada cuando tenía tanto por gritar
y mis lágrimas se escondieron en medio del caos,
ahora he contado mis equivocaciones y me faltan dedos.

También se colaron uno que otro recuerdo de las veces que he sido feliz,
tantos insomnios envuelta en esas cobijas dando vueltas,
cuando a mitad de una canción me he vuelto a callar por miedo a desbordar,
aunque siempre he preferido ser elocuente, me gusta más mi otra versión.

La que no teme estallar en mil pedazos porque ya ha pasado por ello,
esa que la gente odia por siempre estar con cara de enfado,
pero a la que yo tanto amo pues es mi versión más real, leal,
que se asoma entre la mañana y tiene que esconderse tras un escritorio.

Esos vacíos que dejaron a su paso todas las personas que se han marchado,
las nuevas páginas que esperan ser escritas por gente nueva,
los bailes a mitad de la noche que te dejan el alma entera
reconstruyendo cada pedacito de vida que había sido olvidado.

Las resacas a las 6 de la mañana que te tienen vuelta añicos,
un sinfín de veces en las que los mensajes no eran suficientes
y necesité que alguien viniese a rescatarme con un simple abrazo,
esos miedos que se han quedado a mi paso y no se han vuelto a mencionar.

Y soy también las veces que me he vuelto más fría para no perder la razón,
decidida a no esperar lo mismo que doy y defraudada por los resultados,
siempre con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo
sigo escribiendo como esperando que me siga salvando después de tantos años...









sábado, 14 de diciembre de 2019

Hogar

Siempre quise ser la que ganara después de una larga jornada
en que debajo de las sabanas se peleara una feroz batalla
con el cuerpo desnudo y los deseos a tope sin descanso
y en que de todo se pudiera rescatar nuestras manos acariciándonos.


Tantas luchas por ver quien prepara el café, o quien se ducha primero
cuando por la mañana nuestras ganas hacen que compartamos el agua caliente,
despertando siempre a la misma hora para que el tiempo nos alcance
y que el desayuno no sea lo único que nos una antes de empezar el día.


Aún con tanta prisa en la que vivimos siempre habrá tiempo para un beso,
una caricia que va desde la boca hacia el rose de los muslos que ya tiemblan,
mis manos queriendo recorrer desde la punta de tu nariz hasta ese espacio
que siempre esta como en espera de que lo haga mio y lo reconozca.

Que al terminar la semana los quehaceres de la casa cuando son compartidos
pesan menos, la rutina de ama de casa ya no es la misma desde que apareciste
porque después de tanto tiempo de espera, supe que había encontrado mi hogar

cuando desperté y te vi abrazado a mi cintura con esa sonrisa y los ¡buenos días!

Teniendo un montón de ideas para cuando creciera y sentara cabeza,

aunque suena tan absurdo que "sentar cabeza" signifique casarte y tener hijos,
siempre he tenido mi idea única de ser y hacer las cosas desde pequeña,
ahora comprendo que el lugar y estilo de casa es lo de menos.

Cada noche me voy a la cama con la idea de no poder quererte menos,
de ser mucho más que un absurdo contrato en que ambas partes aceptan
ser de todo y para todo el uno del otro, con tantas letras, infinitas
que lo menos que necesitamos es un papel para saber y aceptar todo eso.


Y de pronto las películas de amor que siempre vi ya no me resultan tan absurdas,
cierro los ojos y te siento cálido, a mi lado con nuestras manos entrelazadas,
a punto de colapsar de tanto amor, tanta pasión en una cama ya deshecha,
con la única intención de hacernos un poco más bonita la vida...









viernes, 6 de diciembre de 2019

Las estaciones del alma

Me he descubierto taciturna disfrutando de ello
cuando a mitad de mi camino suena muy fuerte
dentro de mis audífonos la canción que me ha partido el alma
tantas veces por recuerdos o la intensidad de sus letras.

Así creo que sentimos nosotros los poetas, los locos
que le escriben al amor a las tantas de la madrugada
o los que venimos a rompernos en silencio
para después reconstruirnos y renacer con más fuerza.

Sin necesitar de alguien que nos lea pero esperando que lo hagan
como quien decide pintar un mural sin poner su firma
porque aun guarda la esperanza y la fe en la humanidad,
con el sol como testigo y esas calles que lo han visto colorearlas.

He disfrutado un montón de cosas pero nunca nada comparado
con las letras que fluyen siempre que decido darles vida
porque siempre tengo la certeza de tener algo que decirle al mundo,
y busco la manera de no apagarme entre tanta intermitencia.

Y basta de sentirme a veces fuera de lugar (aunque tenga algo de cierto)
por lo mucho que me ha costado bajar la guardia para descansar un poco,
buscando siempre en las pequeñas cosas algo que me devuelva mi luz
aunque siempre ando por la vida encendiendo a otros.

Mis propias armas han cobrado una fuerza enorme a la hora de seguir
por las mañanas cuando el café no me es suficiente,
en los atardeceres que el frío se cuela por la puerta principal
y en las madrugadas que los dolores de cabeza se han vuelto infinitos.

Las infusiones de la abuela ya no surten efecto en mi,
los abrazos que alivian se han vuelto tan escasos
y mis manos siguen tan jodidamente frías
que resulta imposible calentar el alma dentro de aquella habitación.

Aun con todo esto también ha habido días despejados
en los que no hacen falta tantos abrigos y la ropa sobra,
que los pies descalzos entre la arena suena al mejor plan,
y el sonido de las olas rompiéndose son como terapia para el corazón...






lunes, 25 de noviembre de 2019

Ruta de escape

Que me he ido de cabeza en numerosas ocasiones
tratando de entender a las personas que fallan,
cuando a las 3 de la mañana no hay nadie de mi lado izquierdo,
ni esperándome bajo un puente con tulipanes rojos.

Desenredando todo esta maraña de sentimientos
que ahora yacen bajo una fría sonrisa a las 6 de la tarde

como esperando que si exista el arco iris al final del camino,
o poder arreglar los problemas debajo de unas sabanas blancas.

Trazando una ruta de escape por si la requiero un día cualquiera,
que me llegue el humo al cuello, y ya no pueda respirar
o que mis manos ya no tengan manera de memorizar una piel
y ese susurro que viene mientras divisas por la ventana el anochecer.

El reconocimiento de que hay algo más que solo aves de paso,
o trenes que nunca llegan a su destino o unen a dos amantes,
un café recién hecho que espera darle sentido a quien le necesite,
esos colores que se supone deberían iluminar la habitación.

Una mirada dispuesta a resolver los enigmas de la noche,
un abrazo que me abrigue los miedos y la incertidumbre,
esos labios que han estado esperado el momento exacto
cuando ya no hay punto de retorno y te avientas al abismo.

Esa locura que se disfraza de dulzura y ternura,
con la luna encajada en el armario
y sus destellos reflejados en las comisuras de su rostro,
la noche se ha vuelto nuevamente con su nombre.

Ya no hacen falta oraciones inconclusas ni tés para el insomnio,
ahora todo cobra sentido cuando es su nombre el que aclamo,
cuando mis manos dibujan la silueta de un cuerpo familiar,
sin siquiera lograr adivinar lo que vendrá después del quizás...





lunes, 11 de noviembre de 2019

Insomnio

Esas madrugadas que se han vuelto mi peor pesadilla
cuando entre frío y dolores de cabeza el insomnio viene a joder,

desatando varias incongruencias entre mi paz y los demonios internos
de entre los espacios vacíos que ahora ocupan mi cama.

Personas que antes eran una medicina para el alma
se han vuelto lejanas, frías como las mañanas en invierno
cuando despiertas envuelta en un montón de cobijas
con la esperanza que caliente un poco también ese corazón.

Cansada de las mismas cosas que hace la gente para alegrarse un poco,
cuando tu lo que quieres es sentirte un poco fuera de lo común
porque estas segura que te lo mereces por tantas guerras vividas,
por esas veces que saliste ilesa o con pocos rasguños y seguiste.

Cuantos pasos se convirtieron en un solo camino sin vuelta atrás,
bailando entre la muchedumbre con cara de hastío
sintiendo los pies tan ligeros que apenas y rosan el asfalto,
y los brazos llenos de ganas de emprender un vuelto tan alto como lo mereces.

Cantas para calmar la decepción y esa melancolía se ha vuelto tu soundtrack
cuando en medio de una silaba dejas que te cale los huesos
y esos gritos desesperados se vuelven con calma y menos cotidianos,
te descubres con un escudo que anuncia una fuerte guerrera que sigue en pie.

Tardas 10, 30 minutos o una hora bajo la ducha
 dejando que el agua enjuague esos malos pensamientos,
vuelves a esperar lo inesperado cuando una tarde sales a caminar
y la sonrisa vuelve a invadirte desde dentro...







martes, 29 de octubre de 2019

Estallido

He pensado y he pasado por mucho últimamente,
que difícil resulta ser la que dio bastante por tanto tiempo
y llega el punto en que te quedas seca de tanto llorar,

se te junta un nudo en la garganta de tanto callar.

Haces como si no dependieras del mundo entero
cuando lo único que necesitas es que alguien venga
a hacerte su mundo en un abrazo lleno de esperanza
porque también pesa ser la que carga el equipaje de tantos.


Y ya no son las mismas 10 de la noche cuando logras conciliar el sueño
o ese sábado en que te despertabas hasta tarde sin preocupaciones,

sin ningún tipo de agobio que le hace daño a tu corazón,
cuando ya no logras decir con palabras lo que ahora sientes.

También eres las veces que te encerraste desde dentro para no estallar,
callando y sintiendo como se desploma algo cuando lo haces,
y tus espacios en blanco que nadie logró colorear, ocupar, o llenar,
entra tantos ir y venir de la gente has decidido quedarte siempre aquí.

Cuando a muchas personas el irse las ha sanado o transformado
tu has decidido hacerle caso a la cobardía que se esconde
detrás de ese escritorio con las alas atoradas a un costado,

bebiendo ese café a mitad de la madrugada con los ojos entre cerrados.

Eres el montón de oportunidades que has dejado ir por el que dirán,
las sabanas hechas un lío cuando por la noche las pesadillas crecen
y una mano amiga no esta ni cerca para calmar los miedos,

también los dolores de cabeza constantes de tanto pensar y sentir.

Mis pies han parado de tanto tropezar por el camino,
estas manos han agotado todas las expectativas de volverse cálidas,
ahí vamos de nuevo a extrañar con todas las fuerzas
y a rogar que no me muera otro poquito con los rasguños venideros...







miércoles, 16 de octubre de 2019

La de veces

He contado las veces que lloré bajo una luna llena
mientras pedía ser lo suficiente para alguien,
o la cantidad de letras que he plasmado
por tantos rasguños que me han hecho de un tiempo acá.

Vacía por tanto espacio que he hecho en algunos
a los que yo también rompí el corazón
o dejé algo inconcluso por cobardía o miedo de exponerme.


Miré un montón de películas cursis tratando de encontrar explicación,
de darle sentido al camino que llevo y el cansancio evidente,
tomé unos cuantos whiskys con la esperanza de seguir sin recordar,
despertar una mañana con la resaca acostumbrada pero con más alivio.

Otra noche que acostada en mi cama semidesnuda busco tu cuerpo
y me imagino enredada entre tu barba y mis labios
con la tan acostumbrada tibieza de tus manos sobre mis muslos
reconociendo mis piernas temblorosas por distinguir tu tacto.

Escabulliéndome encima de mi almohada, ahora mismo hace mucho calor
y tu no estas para apagarlo, ni encenderlo más de la cuenta,
tanto que no logre escapar de la húmeda llovizna en la que me encuentro,
vacilando tocarte porque temo interrumpir la sensualidad de la noche.

Deseo más que nunca ese pecho contra el mío con tu respiración agitada
y las manecillas del reloj pareciendo como que el tiempo se detuvo
en aquella habitación que envuelve nuestra intimidad
y nos hace dueños el uno del otro con tantas caricias y besos.

Mi apetito parece no tener fin cuando se trata de ti, de tu aroma,
de esa sonrisa inconsciente e inocente volviéndome loca a las 2 de la mañana
saboreándote una y otra vez mientras repaso el mapa de tu cuerpo
como si no me lo supiera ya de memoria, torpe, incrédula, loca por ti.

Reviso una y mil veces los lunares que me han marcado un camino 
del que me siento atrapada y llena de vida al recorrer,
a través de él he podido descifrar el momento exacto
en que culminas y empiezo yo a vivir, a sentir y creer que si se puede.

Me deslizo entre tus piernas y siento como parte de mí ha hecho nido
en un mundo completamente conocido y al mismo tiempo misterioso,
como si supiese que corro peligro y me atreviera a cruzar el miedo
cuando en la madrugada despierto sobre tus brazos y me siento a salvo.

Con mis años y los daños sigo siempre escondiendo mis deseos,
esperando la ocasión para poder transformarlos o deshacerme de ellos,
con cualquiera de las dos opciones me ha ido bastante bien,
ahora no necesito de algo o de alguien para ser feliz...






jueves, 26 de septiembre de 2019

Cansancio emocional

Siempre he sido una chica de humor cambiante,
con tonalidades que van desde el rosa pálido hasta el más oscuro negro,
con un millón de muecas y sonrisas espontáneas que se dibujan en mi rostro,
unas cuantas pecas que se desvanecen con un poco de polvo compacto.

Me gusta pensarme como alguien fácil de comprender,
pero vuelo lejos con la menor provocación 
y me amarro fuerte a mis emociones hasta darlo todo y quedar
un poco rota o con grietas dentro o fuera de mi.

Justo ahora me he sentado a imaginar mi futuro
cuando lo único certero que tengo podría ser mi familia
y esta manía que tengo de convertir todo mi dolor en poesía,
de encontrarme bajo esta lluvia de letras que me describen un poco.

Con un montón de sueños rotos que de niña me hacían bailar,
esas ganas inmensas de comerme al mundo cuando ni si quiera lo he intentado,
tantas veces que he esperado que llegué alguien tocando en el umbral de mi vida
y venga a inundar todo este desierto en que me he convertido.

He bailado un millón de veces hasta terminar agotada
y me han dolido otras tantas más los pies por ello,
como aquella ocasión que juraba no poder lograrlo
cuando de pronto me descubrí dando vueltas y sonriendo.

Y se te vienen un montón de recuerdos que te estrujan el alma,
te hacen descender de donde creías haber avanzado
sabiendo que siempre habrá una parte de ti que se quedó en ellos
pero ya con la certeza de no querer volver a esos sitios o personas.

Deseas muchas cosas tontas que tu niña interior te reclama,
te levantas a las 2 de la mañana con un dolor de cabeza constante
te miras en el espejo de una adulta que se niega a serlo
y balbuceas unas cuantas palabras de te extraño para alguien ahora desconocido.

Ya no basta con despertar siempre esperando que la vida se componga,
porque el cansancio a las 2 de la tarde es emocional
o pretender que alguien venga a acomodar todo este desastre
cuando aún en mis peores momentos brillo por lo chingona que me siento...












jueves, 12 de septiembre de 2019

Desajuste

Nunca me ha quedado bien escribir cosas cursis y esas tonterías,
siempre he sido más de tener el corazón roto y estallar en mil letras,
sentir que plasmo lo que estoy latiendo es casi tan reconfortante 
como ver las gotas de lluvia danzar entre la ventana de un apartamento vacío.

Entonces ahorita es como estar nadando a contra corriente
creyendo que todo esta bien e intentando escribir a conciencia
cuando lo mio en realidad siempre ha sido destrozarlo todo 
con mis gritos acallados que se cuelan por esto que intenta pasar como poesía.

Y vuelvo a pensar en que demonios se esta haciendo un jueves 
a las tantas de la tarde con la cabeza hecho un lío y el corazón otro tanto,
cuando has tratado de mil formas de convencerte de tu estabilidad
entre muchas cosas y solo llegas a tumbarte en esa vieja cama.

Con tanto disparate que tu mente es capaz de maquinar
decides ocuparte en vanalidades y olvidas lo que de verdad llena,
un estallido de emociones que te vuelquen de pies a cabeza
y te recuerden lo realmente viva que se puede sentir alguien como tú.

Que últimamente el cabello se me ha desordenado bastante,
los nudos en mi garganta no me dejan respirar
y me he sentido fuera de lugar en más de una ocasión
cuando volteo a mi alrededor y me aburre lo que veo.

No me puedo reconciliar con mis demonios, ni frente al espejo,
esta etapa de abatimiento y cansancio emocional ha durado
tanto que me he vuelto intolerante hasta con los míos,
me desmorono incluso con lo más insignificante en silencio.

Ocurre que ya no son las personas ni el lugar o momento.
me he descubierto odiando cosas que antes juraba amar
obedezco a una delgada línea entre la indiferencia y la tristeza,
es casi imposible hacer como si nada, cuando lo es todo junto.

Pasa que ya no te limitas solo a encerrarte desde dentro,
a escuchar música que te rompa las entrañas y el oído,
buscas en donde meter todo este cumulo de sinsabores
y terminas viniendo a esta vieja costumbre que tienes desde pequeña...












martes, 3 de septiembre de 2019

Algo bonito

Que conflicto eso de tener que escoger entre lo que te gusta, lo que te hace feliz, lo que te hace bien y lo que esta bien según las demás personas. Debería ser más fácil que venga todo en combo y te llene todas las expectativas, pues has aprendido a caminar por la vida sola, pero estarías dispuesta a permitir que alguien más te acompañe y te ayude a cargar de vez en cuando uno que otro peso que se te acumula desde dentro.

Que a mitad de la pista de baile se detenga a mirarte, te ponga el cabello detrás de la oreja y te diga que eres la niña más bonita que existe en aquél lugar, en ese su mundo que se han construido de a ratos, de espacios y rincones que han creado sigilosamente por miedo a que alguien más venga a desbaratarlo todo; y mientras hace todo esto te bese durante un millón de tiempo que se te escapa de entre las comillas, esas su cita favorita.

Y aterrizar a las dos de la madrugada en medio de unas sabanas aún frías que esperan volverse cuna y anidar los más sucios y exquisitos recuerdos mientras se desvisten los miedos, bajo la tenue luz que se cuela por la ventana, y esa ráfaga repentina de sensaciones que se habían quedado guardadas bajo llave y han encontrado la manera de presentarse e instalarse en esa alcoba, en el baño, la sala y la cocina; ahora toda esa casa ha tomado la forma alta y perfecta que tus ojos adoran.

Despertar con un poco de resaca por tan embriagador aroma a café recién hecho, con la silueta desnuda que anuncia un nuevo día y el baño tibio que ansia refrescar y reanudar la rutina, sin embargo no eres la misma de hace unos meses que se rehusaba a compartir un postre por la tarde, o la cerveza del sábado por la noche porque tenía claro lo que vendría después.

Alguien que sin temor de lo desconocido te encuentra jodidamente perfecta con esas ojeras al despertar y el cabello revuelto, cuando en tus peores días te ha sabido sostener y dar impulso, cuando a mitad de la noche tu mundo se derrumba y tienes sus brazos para sostenerte, de esos amores que tantas veces creíste imposibles o ficticios y ahora lo tienes ahí sentado frente a ti mientras desayuna esos horribles hot cakes que preparaste y te da las gracias y miente diciendo que le han encantado, por el simple hecho de que sabe lo mucho que odias la cocina.

Esa persona caminará de tu mano presumiendote y haciéndote sentir la mujer más afortunada del mundo, o te llevará en auto por la carretera cantando a coro las canciones que a ti te gustan sin importar cuan ridículo parezca (nunca es así cuando se es enamorado) y bailará pegado a ti, y tu sabrás entonces que todo este tiempo ha valido la pena y la espera por estar junto a él... 




lunes, 19 de agosto de 2019

Descripción

Nunca se me ha dado muy bien eso de describir a las personas
pero es que con él es tan fácil hacerlo que quise intentarlo una vez:
se le dibujan dos comillas a un costado de sus mejillas
que resulta adictivo e incitante verle o sentirle cerca.

Aunque nunca lo he tenido cerca puedo adivinar el olor de su cuerpo
y la suavidad de su piel con la que combina el color de ella,
ese cabello rebelde que esconde un mundo infinito de magia,
las cejas pobladas que son como guarida para esos ojitos coquetos.

Esa nariz que roba la respiración a unos centímetros de mi piel
por todo lo que hemos esperado desde el día en que coincidimos,
sus manos tan proporcionales al calor que emanan, un tanto ásperas
como esperando tener alguien a quien acariciar que valga la pena.

Esos ojos que dicen tanto con solo una mirada y te hacen adivinar
que hay algo perverso y dulce a la vez que inevitablemente vuelve loca
a quien le mire, y su boca ¡dios! esa boca que tantas veces he imaginado
besar, morder los labios y terminar sin aliento, queda perfecta con su rostro.

Su cuello es otra parte de él que me atrapa y me invita a pecar
y quererle besar una, dos y las veces que sean necesarias 
hasta estremecerlo, el pecho tan bien construido que resulta difícil no verle
y pensar en tantos pecados que estaría dispuesta a cometer por tenerle cerca.

Querer hacer algo para que no pase de largo su visita en mi vida,
que sepa que desde que llegó a la mía he descubierto tantas cosas
que había olvidado dentro mio y que quiero dejar huella en él 
para que me piense sino siempre por lo menos por las noches
cuando sienta que algo le falta y mire su celular imaginándome. 

Con esa cara de inocente que me permite verlo con los ojos cerrados
esperando por mi mientras me llena de besos tiernos y uno que otro arrumaco
bajando sus manos de mi cintura hasta un poco más y apretándome a su lado,
ya es más de lo poco que me va quedando de él lo que aquí he puesto...








jueves, 1 de agosto de 2019

Otra vuelta al sol

Hoy soy una hoja en blanco esperando que alguien le de vida,
que cuente lo poco que ha ido aprendiendo a lo largo del día
y dibuje con sus manos garabatos que van tomando forma,
nombrando tantos huecos que han quedado vacíos desde dentro

Y que la vida poco a poco se va transformando en muchas cosas
menos las que en realidad te hacen saltar de la cama
a las 2 de la mañana solo para voltearte y sonreír por quien esta a tu lado,
sintiendo esos sueños como una bofetada necesaria para continuar.

Otros 365 días de oportunidades en los que la mayoría de las veces
volteo para ver que tanto he avanzado y cuanto falta por pisar,
y me detengo una noche a respirar y soltar tantos recuerdos 
y una que otra lágrima que baja en silencio por mi cara pálida.

Hace años que mis manos y mi cuerpo no tienen vida y se enfrían,
como recordando el vacío que ahora habita en mi ser,
por más amigos que me rodeen y personas que se acerquen
siempre hay un espacio entre ellos y lo poco que queda de mi.

Pasa siempre la misma canción en la radio como anunciando cotidianidad
y los labios se agrietan un poco más cuando de esperar se trata,
ahora se ha ido un poquito más a quien daba por sentado,
dejándome con un montón de cosas por decir y hacer en su lugar.

Otro año en el que por supuesto los raspones que ahora llevo
tienen un lugar en especial donde duelen un poco más
y van cambiando de colores con el paso del tiempo
como un arco iris que anuncia la calma después de la tempestad...





 

sábado, 27 de julio de 2019

Desbordar

De tanto cargar con un montón de peso a cuestas, me canse,
llegó el día en que todo este mar de sentimientos termino inundando

mi corazón, mis ojos y se escapó un sábado por la tarde
porque también duele mucho retener todo lo que uno lleva dentro
e ir por la vida pretendiendo ser fuerte y en silencio todo lo contrario.


Cuando lo único que alcanzas a hacer es desbordarte de entre las orillas,
o en medio de tu ser, las palabras se abalanzan por si solas
y tu eres solamente el medio que encuentran para hacerse ver,
sientes como si fueras de otro material o de otro mundo.

Que las cosas buenas que le pasan a muchas personas no vienen a tu vida,
y de alguna manera logras convencerte que tarde o temprano llegaran,
por más normales que se sientan los golpes que te sigue dando la vida
debería bastar con todo lo bueno que das a cambio de un poco de paz.

Y cambias tantas veces de camino, pruebas atajos para acortar tus pasos,
golpeas un poco tus rodillas por ir esquivando huecos y malos caminos,
dejando atrás tantas personas que pensabas indispensables y únicas
para sentir que el camino ya no es tan turbio y cansado como se ve.

Algunas veces he sido el puerto en que alguien decide descansar,
otras muchas me he quedado esperando como un barco a la deriva,
con tantas cosas que hacer en esta vida y por las cuales pelear
siempre he preferido pasar en silencio cuando las heridas sangran
y las palabras o abrazos hacen tanta falta que duele mucho pedirlo.

Las margaritas se van deshojando solas por miedo a ser lastimadas,
los colibríes que habitan dentro han cesado ya su vuelo 
y ahora anidan por mucho tiempo esperando tranquilidad,
las manecillas de mi reloj se han roto y el tiempo dejo de tener sentido
porque siempre se hace tarde cuando de esperar se trata...  







sábado, 20 de julio de 2019

Carta a mi yo del pasado

He despertado algunos años después desde la última vez que te vi:
aquí hay muchas cosas que van cambiando, lugares nuevos, personas,
la vida misma se ha ido encargando de ello, algunas otras lo has hecho tu misma,
y te ha quedado como mínimo más de una vez el corazón roto. 

En esta ciudad pocas veces se nota linda un alma o vibra chingona,
pero las personas que te rodean siempre llevan luz propia,
como la tuya que tratas de que permanezca aun a contra corriente,
o cuando en más de una ocasión te has sentido a oscuras con tanto por delante.

Ahora sales a fiestas y llevas puesta ropa bonita y un par de tacones,
con un toque de maquillaje que aunque no lo necesites te resalta tus facciones,
(también la vanidad ha hecho de las suyas cual patito que evoluciona a cisne)

y aunque ahora ya con kilitos de más, sigues sintiéndote a gusto con tu cuerpo.

La forma de vestir va evolucionando con el tiempo
y sin embargo nunca has sido de las chicas que van siguiendo modas,

tu rompes los esquemas y desafías a quien se atreva a criticarte,
has madurado de muchas formas y por ello es que vives orgullosa de ti.

Que te llenas de una que otra inseguridad y miedos porque también eres humana,
los errores que cometes te han vuelto una guerrera incansable,
y a las personas que de alguna u otra manera has lastimado,
sabes como ofrecer disculpas y seguir, porque de eso se trata la vida.

Aprendiste que si hay cosas para las que eres buena,
tienes una familia que con todo y altibajos siempre están cuando lo necesitas,
tus amigos te llenan de momentos únicos la vida
y tienes un carácter tan explosivo como todo lo que acostumbras decir y escribir...










viernes, 19 de julio de 2019

Pasado pisado

Anoche soñé con un recuerdo de esos que te hacen voltear la vista
pero sin querer regresar a recoger lo poco que servía o te hacía feliz,

como si pequeñas partes de mi aún siguieran arrinconadas 
invisibles, incapaces de desprenderse del lugar donde han hecho nido.

Entonces vuelvo a escribir de entre tanto caos, resurgiendo fragmentos
de algún momento de mi vida donde soñaba con ser grande y era invencible,
y cuando todo parecía ir mal solo bastaba con jugar a las muñecas con mi prima
pensando que todo lo que les pasaba a ellas, era nuestro futuro.

Y ahora lo único que deseo con todas las fuerzas es tiempo para volver a soñar,
descansar de todo lo pesado que últimamente me pasa,
acomodar espacios vacíos para no cometer alguno que otro error,
gritar las veces que sea necesario el nombre de mis tropiezos y aciertos.

Que en lugar de gustarme los inconclusos, me baste con una indecisión
para moverme de dirección y dejar que el viento me despeine los miedos,
y los colores del cielo vengan a iluminar las tardes en solitario,
con la firme intención de vibrar tan chingon que la misma energía regrese a mi.

Voy reconociendo nuevas facetas en mi que antes me parecían imposibles,
como la vez que baile hasta las 3 de la mañana con tacones sin perder el piso,
o aquella otra en que lloré con el corazón roto y tardó muchísimo en sanar,
queriendo con toda el alma a los míos y siendo feliz con ellos.

Dedico de vez en cuando uno que otro suspiro a los que ya no están
pero que dejaron huellas o rasguños a su paso,
y sonrisas a tantas personas que se hacen presentes aun en la distancia
o con algún mensaje que te recuerda el porque siguen en tu vida.











lunes, 1 de julio de 2019

Atemporal

Siempre he pensado que de jodido mis relaciones deben ser cada vez mejores,
no puedes salir igual de como entraste de cada una de ellas
pero mínimo aprendes a ser más selectiva al momento de la siguiente,
de cuando te aventuras a lo desconocido y primero observas el panorama.

Porque no se puede menos cuando ya esquivaste las balas que te hubieran matado,
cuando a mitad de una canción no sientes que te describe
y memorizas cada batalla que has librado y la de heridas que han dejado,
lo poco que te hace ser sino inmune más fuerte de la vez anterior.

De cuando tomas una taza de café y ya no lleva el susurro de un viejo amor,
porque los tropiezos ya no te hacen caer ni voltear hacia atrás,
ya hace mucho que tus huellas marcan un sendero más firme y con mejor paisaje,
cuando a mitad de la tormenta tu misma vas cargando las botas y el paraguas.

Tus manos han sabido amortiguar el frío y la ausencia,
el corazón ya va menos cargado de equipaje y en reconstrucción,
se pasa de lo humanamente triste a la increíble felicidad,
porque de eso se trata la vida y vas aprendiendo como por costumbre.

Los pasos que antes danzaban en círculo van formando algo nuevo,
desconocido e inquietante para el que busca sin saber,
eso que muchos llaman egoísmo o vanidad es lo que te ha salvado
de un sinfín de sentimientos y resentimientos ahora ya olvidados.

Y te muerdes los labios, una, dos y las veces que sean necesarias 
para no volver a implorar esos besos que de vez en cuando se cuelan
de entre los sueños a las tantas de la madrugada
cuando agitada mencionas un nombre que ya no te dice nada.

Cuando miras al espejo sientes que hay algo transformándose
desde dentro y lo dejas florecer el tiempo que sea necesario,
la de veces que le has sonreído y maldecido otro día
cuando te peinas o te maquillas encontrando algo de brillo.

Tantas cosas y personas se han vuelto temporales en tu vida
que ahora ya no te detienes por nada ni nadie
y tus días tampoco se basan en quienes están o se han marchado,
lo único que te queda eres tú en medio de la multitud...






jueves, 27 de junio de 2019

Lejanía

Conocí a alguien de una manera poco convencional,
sin dejar de ser algo único, nos fuimos entusiasmando
por como encajaban nuestros gustos, nuestras almas,
nuestro poco sentido común, el no querer encajar con esta sociedad.

Él aunque lejano me era tan familiar, como si lo conociera de otro tiempo,
en otras circunstancias en donde no nos separaban miles de kilómetros
y nuestros cuerpos y vida hubieran estado esperando a reencontrarse,
todo este tiempo se torno tan significativo al momento de compartir.

Sin si quiera haberme puesto una mano encima me eriza la piel,
ni hablar de la forma de su sonrisa, de esos ojos tan coquetos
y su abdomen tan perfectamente proporcionado me ha vuelto loca,
esa voz como una hermosa melodía que me ha devuelto la calma.

Querer tocar a alguien que no se te ha permitido,
sentir su pecho junto al mio cuando nuestros labios se funden en un beso,
sus manos rodeando mi cintura mientras aparta mi cabello de su rostro,
y estrujar su mano por el tiempo que hemos esperado hacerlo.

Esas tardes que se convirtieron en bohemias con las muchas canciones
que compartimos para conocernos de a poco y descubrir otra cualidad
en su lista de innumerables encantos que me han ido cautivando,
imaginar su día a día me llena de tanto y tan poco.

Teniendo en cuenta la lejanía en que se encuentra, me siento tan pequeña
y me repito tantas veces cuan difícil me ha resultado no pensarle,
no extrañarlo en los días donde no se nada de él y me sumerjo en los recuerdos
sin saber exactamente hacía donde voy, siempre esta él presente...






  



martes, 25 de junio de 2019

Por el puro gusto

Uno de estos días mando todo a la fregada
y me voy a recorrer el mundo
con maletas vacías y un montón de esperanza 
como quien se ha despertado de un largo sueño.

También con la victoria de saberse libre por primera vez,
de mecerte bajo el brillo de una media luna
y despertar con el cobijo del amanecer y el romper de las olas,
conocer y reconocerte de entre nueva gente.

Una muchedumbre que no se percata de tu existencia,
ni siquiera cuando rozas su hombro al pasar,
descubrirte jodidamente nerviosa con las cosas nuevas
pero sonriendo cual niña pequeña que juega en un parque.

Y te detienes porque la vida te ha insistido en hacerlo,
bajas por primera vez la guardia y te permites extrañar
a viejas amistades, antiguos amores y olores,
deseas por primera vez en mucho tiempo seguir sin que duela.

Te hallas a unos miles de kilómetros de esa primera vez,
de ese primer beso en que ocurría de todo y se sentía lo mismo,
pasabas de unas mariposas enormes en el estomago 
a unas manos temblorosas, inquietas, esperando quien las gobernara.

Vuelves de noche a tumbarte en el sofá y esperas, y mientras lo haces
te vence el sueño y te cobijas en esta nueva oportunidad que esperabas
desde hace mil amaneceres en los que te sentías pequeña
y sin querer vas descuidando partes que antes te eran elementales.

Hoy las duchas ya no son tan cortas y poco relajantes,
los desayunos aunque en solitario se sienten en calma,
esa taza de café que mucha falta hacía antes
hoy la tomas por el puro gusto y con un postre por eso de la valentía...






sábado, 8 de junio de 2019

Perdiendo

Que me he quedado sin palabras y con las alas rotas
unas veces más que otras y he necesitado un respiro
de todo y todos por los que paso últimamente,
sin mencionar la cantidad de ropa que ya no me queda.

Me estorban muchas cosas y unas cuantas personas,
hace falta una sanación que me ayude desde dentro
a curar sino todas, unas cuantas heridas
porque esto de ser fuerte ahora mismo pesa demasiado.

Voy por la vida intentando sanar a los demás
cuando soy yo la que lo necesita sin pedirlo
porque ya hace mucho tiempo se fueron quienes me sanaban,
fue entonces que aprendí a convivir con el dolor.

Ya no tengo tiempo ni paciencia para lo que al destino se le ocurra,
tampoco me interesa combatir la soledad con una mala compañía
porque los tropiezos me hacen ser selectiva y precavida,
una que otra vez el pasado llama a mi puerta pero decido no abrirle.

La monotonía también es algo con lo que he tenido que lidiar
y ahora ya no me parecen del todo abominables los domingos en casa,
o las mañanas donde sobra el café y falta con quien compartirlo,
donde el desayuno es lo único que parece llenarte en ese instante.

El cuerpo de tanto esfuerzo se agota y empieza a quebrarse
y el color de mi rostro ya se apaga cuando no lo logro,
los descansos son insuficientes y las jornadas eternas,
y las medicinas de alguna forma perdieron sentido contra mi cuerpo...