cuando entre frío y dolores de cabeza el insomnio viene a joder,
desatando varias incongruencias entre mi paz y los demonios internos
de entre los espacios vacíos que ahora ocupan mi cama.
de entre los espacios vacíos que ahora ocupan mi cama.
Personas que antes eran una medicina para el alma
se han vuelto lejanas, frías como las mañanas en invierno
cuando despiertas envuelta en un montón de cobijas
con la esperanza que caliente un poco también ese corazón.
Cansada de las mismas cosas que hace la gente para alegrarse un poco,
cuando tu lo que quieres es sentirte un poco fuera de lo común
porque estas segura que te lo mereces por tantas guerras vividas,
por esas veces que saliste ilesa o con pocos rasguños y seguiste.
Cuantos pasos se convirtieron en un solo camino sin vuelta atrás,
bailando entre la muchedumbre con cara de hastío
sintiendo los pies tan ligeros que apenas y rosan el asfalto,
y los brazos llenos de ganas de emprender un vuelto tan alto como lo mereces.
Cantas para calmar la decepción y esa melancolía se ha vuelto tu soundtrack
cuando en medio de una silaba dejas que te cale los huesos
y esos gritos desesperados se vuelven con calma y menos cotidianos,
te descubres con un escudo que anuncia una fuerte guerrera que sigue en pie.
Tardas 10, 30 minutos o una hora bajo la ducha
dejando que el agua enjuague esos malos pensamientos,
dejando que el agua enjuague esos malos pensamientos,
vuelves a esperar lo inesperado cuando una tarde sales a caminar
y la sonrisa vuelve a invadirte desde dentro...
y la sonrisa vuelve a invadirte desde dentro...
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