Nunca me ha quedado bien escribir cosas cursis y esas tonterías,
siempre he sido más de tener el corazón roto y estallar en mil letras,
sentir que plasmo lo que estoy latiendo es casi tan reconfortante
como ver las gotas de lluvia danzar entre la ventana de un apartamento vacío.
Entonces ahorita es como estar nadando a contra corriente
creyendo que todo esta bien e intentando escribir a conciencia
cuando lo mio en realidad siempre ha sido destrozarlo todo
con mis gritos acallados que se cuelan por esto que intenta pasar como poesía.
Y vuelvo a pensar en que demonios se esta haciendo un jueves
a las tantas de la tarde con la cabeza hecho un lío y el corazón otro tanto,
cuando has tratado de mil formas de convencerte de tu estabilidad
entre muchas cosas y solo llegas a tumbarte en esa vieja cama.
Con tanto disparate que tu mente es capaz de maquinar
decides ocuparte en vanalidades y olvidas lo que de verdad llena,
un estallido de emociones que te vuelquen de pies a cabeza
y te recuerden lo realmente viva que se puede sentir alguien como tú.
Que últimamente el cabello se me ha desordenado bastante,
los nudos en mi garganta no me dejan respirar
y me he sentido fuera de lugar en más de una ocasión
cuando volteo a mi alrededor y me aburre lo que veo.
No me puedo reconciliar con mis demonios, ni frente al espejo,
esta etapa de abatimiento y cansancio emocional ha durado
tanto que me he vuelto intolerante hasta con los míos,
me desmorono incluso con lo más insignificante en silencio.
Ocurre que ya no son las personas ni el lugar o momento.
me he descubierto odiando cosas que antes juraba amar
obedezco a una delgada línea entre la indiferencia y la tristeza,
es casi imposible hacer como si nada, cuando lo es todo junto.
Pasa que ya no te limitas solo a encerrarte desde dentro,
a escuchar música que te rompa las entrañas y el oído,
buscas en donde meter todo este cumulo de sinsabores
y terminas viniendo a esta vieja costumbre que tienes desde pequeña...
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