He pensado y he pasado por mucho últimamente,
que difícil resulta ser la que dio bastante por tanto tiempo
y llega el punto en que te quedas seca de tanto llorar,
se te junta un nudo en la garganta de tanto callar.
Haces como si no dependieras del mundo entero
cuando lo único que necesitas es que alguien venga
a hacerte su mundo en un abrazo lleno de esperanza
porque también pesa ser la que carga el equipaje de tantos.
Y ya no son las mismas 10 de la noche cuando logras conciliar el sueño
o ese sábado en que te despertabas hasta tarde sin preocupaciones,
sin ningún tipo de agobio que le hace daño a tu corazón,
cuando ya no logras decir con palabras lo que ahora sientes.
También eres las veces que te encerraste desde dentro para no estallar,
callando y sintiendo como se desploma algo cuando lo haces,
y tus espacios en blanco que nadie logró colorear, ocupar, o llenar,
entra tantos ir y venir de la gente has decidido quedarte siempre aquí.
Cuando a muchas personas el irse las ha sanado o transformado
tu has decidido hacerle caso a la cobardía que se esconde
detrás de ese escritorio con las alas atoradas a un costado,
bebiendo ese café a mitad de la madrugada con los ojos entre cerrados.
Eres el montón de oportunidades que has dejado ir por el que dirán,
las sabanas hechas un lío cuando por la noche las pesadillas crecen
y una mano amiga no esta ni cerca para calmar los miedos,
también los dolores de cabeza constantes de tanto pensar y sentir.
Mis pies han parado de tanto tropezar por el camino,
estas manos han agotado todas las expectativas de volverse cálidas,
ahí vamos de nuevo a extrañar con todas las fuerzas
y a rogar que no me muera otro poquito con los rasguños venideros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario