lunes, 25 de marzo de 2019

Papá

Hoy guardo silencio por todo lo que se quedo dentro desde que te fuiste
y logro encontrarte entre el aroma de las flores y el brillo del sol,

el viento sabe más que nunca lo mucho que añoro tus brazos siendo mi refugio,
me quiero dar el lujo por este día de ser completamente egoísta y buscarte
convencida de que nunca te has ido, acompañando siempre nuestro camino.


Que difícil despedir a un ser humano que vino a mejorar nuestro mundo
y ver que con él se van un montón de recuerdos y mayormente alegrías
contemplar por última vez ese rostro tan lleno de paz y unas cuantas arrugas,
decidida hace años a la idea de que desplegar tus alas y cuidarnos allá arriba
siempre resultaría mejor que sufrir contigo tantos dolores y lágrimas.


Pero no hay día en que no dejes de hacer falta, en que me pregunte
como hubieras reaccionado hasta con la situación más tonta o absurda
sabiendo que nunca te has ido porque sigues en mi mente y corazón
ahora mismo es como si te estuviera platicando esto mirándote de frente
y tocando la guitarra y cantando una de tantas canciones que nos aprendimos
al compás del tiempo y de nuestras largas noches que se esfumaban al unisono.

Nunca será el tiempo suficiente para alguien que te amó con todo
ni tan poco comparado con todo lo que viniste a enseñarnos y hacernos crecer,

las lecciones aprendidas y lo bien que nos hiciste desde tu llegada,
siempre te recuerdo con la sonrisa amplia y lleno de vida, de magia.

Añoro las veces que te sentabas a fumar y yo odiaba ese aroma,
o cuando nos cocinabas impregnando esa felicidad en la comida tan llena de ti,
ahora mismo después de estos años la casa tiene un toque tuyo
cada espacio que ha ido cambiando con el paso del tiempo
sigue teniendo tu esencia, y sin ser un día especial siempre estas aquí...



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