Últimamente me esta resultando tan bien eso de sonreír de nuevo,
de saber que todo va a estar bien a pesar del holocausto en que he vivido,
recobrar las ganas de salir del túnel aun con la llovizna calando bajo
y los rayos del sol penetrando de entre las cortinas oscuras
porque se sabe que las luchas siempre traen recompensas a hurtadillas
como queriendo salir de entre los escombros que vamos reconstruyendo.
No se en que parte de mi vida dejé aquella niña que contaba historias
mientras jugaba con muñecas tumbada en aquel cuarto de juegos,
pero estoy segura que ha valido cada día de esta ahora vida adulta
que se ha encargado de ponerme las cosas difíciles pero no imposibles,
después de tantos desencuentros que me han hecho poner escudos por doquier.
Ahora despierto con algo certero: no todos los huracanes arrasan con tu vida,
algunos simplemente tenían que pasar para que pudieras saborear un
"soy de la idea de que tu eres hermosa aun sin maquillaje" y que cuente
los minutos para volver a verte, o un "no sabes cuanto te extraño".
¡Joder! y poder compartir cada paso que das sin temor a volverse tedioso,
las peculiaridades que hacen de ti una persona única, ahora saben mejor,
volteas a los días en que todo eso no era más que algo lejano
y es entonces que todo vuelve a cobrar sentido: las noches vueltas madrugadas
las platicas interminables que hacen olvidar el correr del reloj
esas cenas que terminan con una botella de vino a la luz de la luna.
Y coincidencias que te vuelcan perspectivas que tenías de tantas cosas,
los días resultan más llevaderos, compartiendo música, clichés, manías
libros, películas, rarezas de una buena manera y logras el equilibrio de nuevo
ahora ya con otro aroma, pero resulta tan ameno que contagias...
jueves, 28 de marzo de 2019
lunes, 25 de marzo de 2019
Papá
Hoy guardo silencio por todo lo que se quedo dentro desde que te fuiste
y logro encontrarte entre el aroma de las flores y el brillo del sol,
el viento sabe más que nunca lo mucho que añoro tus brazos siendo mi refugio,
me quiero dar el lujo por este día de ser completamente egoísta y buscarte
convencida de que nunca te has ido, acompañando siempre nuestro camino.
Que difícil despedir a un ser humano que vino a mejorar nuestro mundo
y ver que con él se van un montón de recuerdos y mayormente alegrías
contemplar por última vez ese rostro tan lleno de paz y unas cuantas arrugas,
decidida hace años a la idea de que desplegar tus alas y cuidarnos allá arriba
siempre resultaría mejor que sufrir contigo tantos dolores y lágrimas.
Pero no hay día en que no dejes de hacer falta, en que me pregunte
como hubieras reaccionado hasta con la situación más tonta o absurda
sabiendo que nunca te has ido porque sigues en mi mente y corazón
ahora mismo es como si te estuviera platicando esto mirándote de frente
y tocando la guitarra y cantando una de tantas canciones que nos aprendimos
al compás del tiempo y de nuestras largas noches que se esfumaban al unisono.
Nunca será el tiempo suficiente para alguien que te amó con todo
ni tan poco comparado con todo lo que viniste a enseñarnos y hacernos crecer,
las lecciones aprendidas y lo bien que nos hiciste desde tu llegada,
siempre te recuerdo con la sonrisa amplia y lleno de vida, de magia.
Añoro las veces que te sentabas a fumar y yo odiaba ese aroma,
o cuando nos cocinabas impregnando esa felicidad en la comida tan llena de ti,
ahora mismo después de estos años la casa tiene un toque tuyo
cada espacio que ha ido cambiando con el paso del tiempo
sigue teniendo tu esencia, y sin ser un día especial siempre estas aquí...
y logro encontrarte entre el aroma de las flores y el brillo del sol,
el viento sabe más que nunca lo mucho que añoro tus brazos siendo mi refugio,
me quiero dar el lujo por este día de ser completamente egoísta y buscarte
convencida de que nunca te has ido, acompañando siempre nuestro camino.
Que difícil despedir a un ser humano que vino a mejorar nuestro mundo
y ver que con él se van un montón de recuerdos y mayormente alegrías
contemplar por última vez ese rostro tan lleno de paz y unas cuantas arrugas,
decidida hace años a la idea de que desplegar tus alas y cuidarnos allá arriba
siempre resultaría mejor que sufrir contigo tantos dolores y lágrimas.
Pero no hay día en que no dejes de hacer falta, en que me pregunte
como hubieras reaccionado hasta con la situación más tonta o absurda
sabiendo que nunca te has ido porque sigues en mi mente y corazón
ahora mismo es como si te estuviera platicando esto mirándote de frente
y tocando la guitarra y cantando una de tantas canciones que nos aprendimos
al compás del tiempo y de nuestras largas noches que se esfumaban al unisono.
Nunca será el tiempo suficiente para alguien que te amó con todo
ni tan poco comparado con todo lo que viniste a enseñarnos y hacernos crecer,
las lecciones aprendidas y lo bien que nos hiciste desde tu llegada,
siempre te recuerdo con la sonrisa amplia y lleno de vida, de magia.
Añoro las veces que te sentabas a fumar y yo odiaba ese aroma,
o cuando nos cocinabas impregnando esa felicidad en la comida tan llena de ti,
ahora mismo después de estos años la casa tiene un toque tuyo
cada espacio que ha ido cambiando con el paso del tiempo
sigue teniendo tu esencia, y sin ser un día especial siempre estas aquí...
jueves, 21 de marzo de 2019
Poesía
¡Que siempre sea la mejor forma de poder transmitir los sinsabores de la vida!
Disfrazada de la chica que vive dentro de una biblioteca con esos anteojos
que han sabido ocultar las pecas llenas de historias,
o de aquella otra que sabe divertirse algún fin con sus amigos
y dentro de su oficina ocupa un tiempo para la magia que brota de sus manos
frente a una computadora que la ha visto contener el llanto que desborda
intranquilidad, con sus manos blancas y su pelo risado rosando sus labios.
Empecé por escribir cuando de mi pecho no podía salir ningún grito,
cuando las palabras se agolpaban de entre los dientes y se quedaban atrapadas
entre lo que quería y podía, con el dolor inmenso de la perdida de alguien,
sabiendo que nada volvería de la manera como esperaba
y poco a poco se fue quedando como forma de vida, algo que se siente como respiro,
hoy si pretendo prenderle fuegos artificiales a mis letras, a las muchas otras
que han logrado plasmar lo que a otros nos salva e identifica.
Esas que son como un bucle en el que poder regresar cada vez que nos hace falta,
como resguardo o parte de nosotros, esas tantas que sientan mejor
que cualquier medicina, todos merecemos que por lo menos alguien
piense en nosotros como poesía misma,
como su musa o la más amarga de las vivencias que hacen que las mismas palabras
parezcan cobrar vida y hacerte ver a la persona que hizo trisas
un corazón una noche de verano.
Con un millón de formas de hacerla y en distintas manifestaciones que tiene la vida,
lo mínimo que podríamos ofrecerle a la poesía es un día, sabiendo que siempre esta ahí,
los corazones rotos son los que más crueles y crudos pueden plasmarse,
también las ausencias y alegrías se desbordan a la hora de tomar lápiz y papel
o un documento en la computadora, la página de un blog.
Yo por ejemplo escribo lo que en el momento necesita respirar y tomar impulso
porque lleva mucho tiempo atorado y ya no sabe nadar, pues desde pequeña se me dio
tan mal el hacerlo, soy de las que tropiezan y se limpia la tierra, agarra aire y sigue,
hace mucho que las espinas de las flores dejaron de doler, ahora mismo he aprendido
a convivir con mis demonios y creo que nos va un tanto bien...
Disfrazada de la chica que vive dentro de una biblioteca con esos anteojos
que han sabido ocultar las pecas llenas de historias,
o de aquella otra que sabe divertirse algún fin con sus amigos
y dentro de su oficina ocupa un tiempo para la magia que brota de sus manos
frente a una computadora que la ha visto contener el llanto que desborda
intranquilidad, con sus manos blancas y su pelo risado rosando sus labios.
Empecé por escribir cuando de mi pecho no podía salir ningún grito,
cuando las palabras se agolpaban de entre los dientes y se quedaban atrapadas
entre lo que quería y podía, con el dolor inmenso de la perdida de alguien,
sabiendo que nada volvería de la manera como esperaba
y poco a poco se fue quedando como forma de vida, algo que se siente como respiro,
hoy si pretendo prenderle fuegos artificiales a mis letras, a las muchas otras
que han logrado plasmar lo que a otros nos salva e identifica.
Esas que son como un bucle en el que poder regresar cada vez que nos hace falta,
como resguardo o parte de nosotros, esas tantas que sientan mejor
que cualquier medicina, todos merecemos que por lo menos alguien
piense en nosotros como poesía misma,
como su musa o la más amarga de las vivencias que hacen que las mismas palabras
parezcan cobrar vida y hacerte ver a la persona que hizo trisas
un corazón una noche de verano.
Con un millón de formas de hacerla y en distintas manifestaciones que tiene la vida,
lo mínimo que podríamos ofrecerle a la poesía es un día, sabiendo que siempre esta ahí,
los corazones rotos son los que más crueles y crudos pueden plasmarse,
también las ausencias y alegrías se desbordan a la hora de tomar lápiz y papel
o un documento en la computadora, la página de un blog.
Yo por ejemplo escribo lo que en el momento necesita respirar y tomar impulso
porque lleva mucho tiempo atorado y ya no sabe nadar, pues desde pequeña se me dio
tan mal el hacerlo, soy de las que tropiezan y se limpia la tierra, agarra aire y sigue,
hace mucho que las espinas de las flores dejaron de doler, ahora mismo he aprendido
a convivir con mis demonios y creo que nos va un tanto bien...
martes, 5 de marzo de 2019
Malestares
He tenido días mejores
ahora mismo he repasado la cantidad de veces que he tentado a la suerte
y esta no es una de las muchas en las que salgo ilesa
probablemente uno se va haciendo inmune tanto física como mentalmente
a todo aquello que nunca fue capaz de quitarle el aliento
o de dejarle toda una noche llena de insomnios.
Las letras ahora han dejado de lograr ese cometido:
hacer el dolor más llevadero, la carga menos pesada,
y le cuerpo se va cansando cobrándote factura por tanto
que has echo y desecho, algunas más que otras.
Te has roto y vuelto a armar tú sola tantas veces
que ya no es de admirarse o sorprender porque perdiste la cuenta
la noche en que sentada frente a la fogata, tus manos buscaban
el calor de alguien más y tuvieron que calentarse solas.
Aquella noche que acostada en esa cama envuelta de miles de cobijas
nadie vino a quitarte el frío, tampoco la vez que te empapaste con la lluvia
porque nadie estaba ahí para ofrecerte un paraguas o guarecerte de las gotas.
Has pisado muchas veces las mismas grietas que se abren a tu caminar,
sin embargo no te impiden ver la luz al final del túnel,
te quedas parada una tarde cualquiera a contemplar el horizonte
sabiendo todos los colores que aun faltan por colorear,
esas viejas sensaciones de bienestar tienen que ser ciertas.
¡Demonios! mil veces apostaría por una sonrisa cálida,
un abrazo que todo lo cure y los cientos de veces que
un buen café con la mejor compañía es el remedio para todo mal...
ahora mismo he repasado la cantidad de veces que he tentado a la suerte
y esta no es una de las muchas en las que salgo ilesa
probablemente uno se va haciendo inmune tanto física como mentalmente
a todo aquello que nunca fue capaz de quitarle el aliento
o de dejarle toda una noche llena de insomnios.
Las letras ahora han dejado de lograr ese cometido:
hacer el dolor más llevadero, la carga menos pesada,
y le cuerpo se va cansando cobrándote factura por tanto
que has echo y desecho, algunas más que otras.
Te has roto y vuelto a armar tú sola tantas veces
que ya no es de admirarse o sorprender porque perdiste la cuenta
la noche en que sentada frente a la fogata, tus manos buscaban
el calor de alguien más y tuvieron que calentarse solas.
Aquella noche que acostada en esa cama envuelta de miles de cobijas
nadie vino a quitarte el frío, tampoco la vez que te empapaste con la lluvia
porque nadie estaba ahí para ofrecerte un paraguas o guarecerte de las gotas.
Has pisado muchas veces las mismas grietas que se abren a tu caminar,
sin embargo no te impiden ver la luz al final del túnel,
te quedas parada una tarde cualquiera a contemplar el horizonte
sabiendo todos los colores que aun faltan por colorear,
esas viejas sensaciones de bienestar tienen que ser ciertas.
¡Demonios! mil veces apostaría por una sonrisa cálida,
un abrazo que todo lo cure y los cientos de veces que
un buen café con la mejor compañía es el remedio para todo mal...
sábado, 2 de marzo de 2019
Costumbre
Resulta casi una ironía que mis días para plasmar y descansar sean ya por sentado los sábados, entonces me desvanezco del mundo exterior y recurro a lo más sublime que para mi hasta ahora conozco: la escritura. Repitiendo una y mil veces cuantas cosas tengo por contar y cuantas por descontar: sus lunares son una de ellas, la forma como caminaba y lo bien que se veía bajo la sombra de aquel árbol, o sentado en aquella banca que fue testigo tantas veces del calor que emanaba al abrazarme o rozar sus manos con las mías.
Vuelvo a mi mente intentando desaparecer la forma de una barba, la textura de esa sonrisa cálida que era mi pan de cada día y el olor de un cuello que ya se había vuelto mi hogar sin siquiera saberlo, descuido un poco el ajetreado día de trabajo y las enormes ganas que tengo de mandarlo todo al carajo para poder encerrarme entre estas letras que han ido cobrando sentido a lo largo o corto de lo que parece ser un grito ensordecedor pidiendo ser rescatado de algo que todavía desconozco.
Mis canciones ahora se han convertido en algo nuevo y menos mal, porque ya es muy difícil lidiar con un recuerdo que se ha cansado de pasar y quedarse, como burlándose de aquello que se jodió desde el momento de un adiós, sin contar la cantidad de noches que se cuela entre los sueños, y las mañanas que se desdibuja una sonrisa de vuelta a la realidad.
Ya todo se transforma en cualquier cosa menos sorpresa, mis manos han quedado un tanto vacías y sigo después de un año entero sin poder hacer nada para cambiarlo, ni hablar de la temperatura tan falta en mi, y la cantidad de veces que sin querer aparece un rostro tremendamente familiar cuando a mitad de una canción me estremezco al sentirla tan mía, todo este embrollo ha sobrepasado el limite de tiempo y de paciencia.
Sin embargo no logro hacer nada que pueda acallar las voces que parecen no tener fin, ni esos recuerdos tan impregnados en cada espacio de este torpe cuerpo y corazón, y mis descuidados ojos han perdido el brillo que los caracterizaba hace tiempo, ya no centellan fuegos artificiales una noche de verano, o de cualquier otra estación, eso es lo de menos.
Entonces vuelvo a la vieja costumbre de escribir para mentirme e irónicamente se termina pareciendo al anterior, ahora un poco menos de él...
Vuelvo a mi mente intentando desaparecer la forma de una barba, la textura de esa sonrisa cálida que era mi pan de cada día y el olor de un cuello que ya se había vuelto mi hogar sin siquiera saberlo, descuido un poco el ajetreado día de trabajo y las enormes ganas que tengo de mandarlo todo al carajo para poder encerrarme entre estas letras que han ido cobrando sentido a lo largo o corto de lo que parece ser un grito ensordecedor pidiendo ser rescatado de algo que todavía desconozco.
Mis canciones ahora se han convertido en algo nuevo y menos mal, porque ya es muy difícil lidiar con un recuerdo que se ha cansado de pasar y quedarse, como burlándose de aquello que se jodió desde el momento de un adiós, sin contar la cantidad de noches que se cuela entre los sueños, y las mañanas que se desdibuja una sonrisa de vuelta a la realidad.
Ya todo se transforma en cualquier cosa menos sorpresa, mis manos han quedado un tanto vacías y sigo después de un año entero sin poder hacer nada para cambiarlo, ni hablar de la temperatura tan falta en mi, y la cantidad de veces que sin querer aparece un rostro tremendamente familiar cuando a mitad de una canción me estremezco al sentirla tan mía, todo este embrollo ha sobrepasado el limite de tiempo y de paciencia.
Sin embargo no logro hacer nada que pueda acallar las voces que parecen no tener fin, ni esos recuerdos tan impregnados en cada espacio de este torpe cuerpo y corazón, y mis descuidados ojos han perdido el brillo que los caracterizaba hace tiempo, ya no centellan fuegos artificiales una noche de verano, o de cualquier otra estación, eso es lo de menos.
Entonces vuelvo a la vieja costumbre de escribir para mentirme e irónicamente se termina pareciendo al anterior, ahora un poco menos de él...
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