Siempre he pensado que los escritores tienen una forma en particular de hacer ver a los demás cosas tan comunes como lo son la tristeza, la perdida, el enojo, la felicidad, la soledad; es como si ellos estuvieran contando a su manera lo mierda que te sientes al final de la noche, o el vacío que has experimentado a lo largo de un tiempo, y siento que no puede haber mejor forma de ver la vida que a través de esas letras.
Poniendo no solo el tiempo y esfuerzo, tratando de calmar un poco los demonios internos y dejarlos respirar a la intemperie, y sin querer, hacer que otros puedan sentir algo similar, acallar todo lo que quema desde dentro, porque ya no basta con una buena canción tomando el café o fumando un cigarrillo.
La vieja escuela sabe de sobra la cantidad de rasguños que nos aguantamos por experimentar un poco de adrenalina, las tardes eternas en que los juegos con los amigos eran la mejor medicina para el alma, descubriendo formas en las nubes acostados en el césped, o sentados bajo la sombra de un árbol.
Se cambian los jugos por las bebidas, los amigos por unos desconocidos en un bar que al final de la noche terminan siendo conocidos, y la vida va cobrando otro rumbo, amaneciendo con un dolor de cabeza insoportable pero con la gran alegría de estar viviendo.
Recorriendo las mismas avenidas una y mil veces, decides quedarte en tu ciudad, y sin importar ahora la monotonía o las mismas caras conocidas que pasan por el parque y siguen su jornada (muchos sin siquiera notarte) has aceptado de una vez por todas que se esta bien en este lugar porque te sientes segura, a salvo de lo desconocido.
Como si en lugar de tener dibujadas unas marcas en el rostro "pecas" les llaman, te hubieran plantado el mapa para no perder tu rumbo, y el destino quisiera que te quedases ahí sin importar cuantas veces quieras salir corriendo a cualquier punto cardinal, lejos sin importar algo más que tú.
Te has decidido a ser valiente y afrontar lo que venga, porque desde siempre tu has sido la que abre los frascos de mayonesa sola, la que va por la calle intentando no pisar las rayas, como niña, quien ha tomado las riendas en sus manos, y una noche cualquiera sonríe y es feliz...
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