miércoles, 6 de febrero de 2019

Batalla

Todo este tiempo tratando de acomodar lo que con tanto trabajo he llevado a cuestas a lo largo del tiempo, con tantos tropiezos, ir y venir, desamores, grietas que se han hecho cada vez más notables, y al final del día me quito los tacones con mis pies exhaustos, desabrocho el brasier con la esperanza de sentirme libre, me pongo la pijama y bebo sorbo a sorbo ese café que durante todo el día desee mucho más que unos brazos que me guardaran, porque me he acostumbrado tanto a la cotidianidad, que ya no espero que nada me quite el sueño, o que alguien venga a salvarme.

Y es que cuando aprendes a lidiar con tus propios demonios, prefieres evitar que alguien más te venga a sumar preocupaciones, enfados, celos y todo lo que conlleva eso a lo que la gente hoy en día ha decidido llamar relaciones.

Maduras cuando tus resacas ahora te duran todo el domingo, y el tiempo libre ahora lo ocupas para arreglar tu casa, limpiar tu vida, sacar esa energía negativa que por mucho tiempo habías permitido a tu alrededor.

Te resulta más interesante una persona que tenga algo más que ofrecer aparte del "buen físico", ya no vas por la vida haciendo sentir mal al otro o creyéndote la víctima de cada situación que se te presenta, echas un vistazo a aquella niña que se mecía en los columpios y vacilaba al aventarse del tobogán más alto de aquellas albercas que visitó en algunas vacaciones con su familia.

¡Que gratificante cuando ya no esperas nada de nadie!, no existen más decepciones ni lamentos por creer de más, o echar a perder algo o alguien porque "tu eres la que esta mal", sabiéndote una mujer digna de amar y merecer algo bonito porque siempre te has esforzado por ello, sin embargo dejas que la vida pasé, que el tiempo tome su curso y que se tarde lo que tenga que, sin preocuparte más.

De eso se trata el camino que llevas andado y lo que te falta por recorrer, con sus altos y bajos, con la lluvia y el sol, las tempestades que son parte de todo, resulta que después de un tiempo se despeja y deja de doler, deja de hacer frío, tus amistades y sobre todo tu familia hacen que cada día valga la pena.





 

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