Hoy quiero hablar del dolor que producen miles de cosas:
el físico que sin importar cuantas pastillas te tomes, a cuantos remedios recurras, siempre regresa como avisando que aun sigues viva, manifestándose de varias maneras, sin embargo, cierras la boca y eliges sufrirlo en silencio; tal vez porque muy en el fondo sabes que es un poquito lo que necesitas o lo que tu sola has cosechado después de tantos errores, de tantas caídas, tropiezos, ir y venir.
Llegan como una puñalada en las entrañas y de repente ya no tienes más palabras de aliento, porque sabes que el silencio también es una respuesta válida, tomas todas las fuerzas que aun guardas debajo de la almohada y ahora te levantas con la mejor de las sonrisas que puedes fingir, le das la cara a la vida y te permites un nuevo día.
Por otro lado, el dolor en el alma aunque distinto, también tiene su lado cruel, vas por la vida intentando convencerte de que todo va bien, pero volteas y hay algo, por simple que sea, que te recuerda a él: la vieja canción que los volvía locos o que bailaban hasta cansarse, el olor de su perfume, sus manos en tu cintura, en tu rostro, quitando tu cabello para poder besarte.
¡Demonios! ahí vas de nuevo a recordarlo, y no digo que haya algo mal en eso, es solo que siempre intento seguir y hacer de cuenta que voy por buen camino, y yo solita me doy cuenta de cuantas mentiras me he dicho para hacerme sentir bien.
Debería entender que ahora soy solo yo la que me puede abrazar en la noche y reconfortarme después de una larga jornada de trabajo, la que sin importar cuan difícil sea, siempre va a estar al pie del cañón, al fin de cuentas el amor propio de eso se trata, aunque vamos poco a poco aprendiendo.
Después de todo una no tiene fecha para poder sentir el triunfo de haber superado un duelo como tal, los corazones sanan de distintas formas y yo no tengo tampoco intenciones de apresurar las cosas, a eso se refieren las personas cuando dicen que todo a su tiempo.
Y basta con volver a sentirte una mujer fuerte, bonita, capaz de salir adelante a pesar de todo y todos, te rodeas de personas que vibran tan lindo, te cortas tu cabello, renuevas esas ganas de sonreírle a la vida y que te devuelva la sonrisa multiplicada, es ahí donde comienza tu verdadero reto, ser capaz de mantenerte firme, y claro que se vale caerse pero siempre que te levantes con mayor fuerza...
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