viernes, 25 de mayo de 2018

Mente, alma y corazón

He encontrado maneras de entretenerme de a poco, este dolor va y viene como tu recuerdo: a veces se queda por más tiempo del que yo quisiera, y hago hasta lo imposible porque desaparezca, pero tal parece que al muy canijo le gusta estarme torturando, hay momentos en que me convenzo de que solo es una mala racha y que todos estos problemas que traigo encima el día de mañana van a parecer algo pasajero del cual pude levantarme y seguir como muchas tantas cosas que me han pasado.

Hoy por ejemplo desde que desperté intuí que no iba a ser mi día, como ya muchos de los que llevo transcurridos, miro a lo lejos y ya no logro percibir tu sonrisa de media luna, ni tu silueta entre la muchedumbre, y mucho menos he confundido a alguien con barba contigo, pues me queda muy claro que no hay quien se asemeje a ti, a esa forma tan única que tenías de hacerme reír, ni a tus manos tan perfectamente diseñadas para encajar con las mías, ni a la textura de tus labios, porque lejos de poder olvidarte me he dado cuenta que tu recuerdo me tortura silenciosamente.

Por la tarde tuve unas inmensas ganas de llamarte solo por escuchar tu voz pero ¿que pretexto podría haber puesto si tiene meses que nos hemos despedido y nunca más vuelto a hablar? ¿como enviar un texto con un tedioso "hola"?.

Nunca he sido una chica convencional a la que puedes llegar a amar desde la primera cita o el primer roce de miradas, lo mío es de a poco porque me cuesta mucho entrar en confianza, vacilo al entablar una conversación y si el chico en verdad me gusta no puedo mirarlo a los ojos, tengo muchas cualidades pero de la misma forma mis defectos van más allá de lo que se puede ver; entiendo que puedo llegar a ser muy insegura y sin embargo me gusta imaginar como sería mi vida de otra forma.

Es como si pequeñas partes de mi ser quisieran gritar de coraje y estrujarme el alma, y la otra parte conservar la calma, la cordura (aunque nunca he pensado que esa palabra se lleve muy bien conmigo), es por ello que mis finales o duelos siempre van de un extremo a otro, no creo en los puntos intermedios, es o no, finalmente me decido por callar, le hace bien a mi corazón y aunque es un tanto doloroso ya me he acostumbrado a este hastío de vida que llevo desde que él ya no esta, porque aquí los días transcurren siempre de la misma forma, el reloj no miente: no es lo mismo 60 minutos con él a una hora sin él.

He pensado en ponerle nombre a cada hueco que hay en mi corazón y siempre me viene tu nombre a la mente, ahora ya he estado de todas las maneras posibles lejos de ti, y aunque mi mente me diga que es lo mejor, mi alma y mi cuerpo te reclaman, te piden a gritos desesperados, y contra eso no hay nada que por el momento haya logrado hacer...





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