Y me miraba, su forma de amar era definitivamente de otra dimensión
hubo veces en que solo me pedía no moverme y entonces me fotografiaba
mantenía la cabeza bien puesta sobre la tierra pero a mi me hacía volar lejos
como cuando encuentras un trébol de 4 hojas y entonces no lo quieres soltar nunca más
Yo amaba cada vez que él tenía ese tipo de detalles conmigo
también me hacía cometer una que otra tontería cuando de nosotros se trataba
en algún momento de lo que tuvimos hubo temor a colapsar
de tanto sentir, de tanto vivir, experimentar y habitar el uno del otro
nos permitíamos encontrarnos en una que otra canción, en la melancolía de la noche
todas nuestras manías hacían mágico cada encuentro, cada sonrisa, cada día
Besábamos nuestros defectos y abrazábamos tanto esas virtudes
caminamos al borde del abismo, decidimos ser nosotros antes que cada singular
y con el roce de nuestras miradas sonreíamos como niño cual juguete nuevo
era evidente nuestra alegría al momento de conectarnos, de coincidir
en alguna de nuestras canciones, en el sonido de nuestras voces, en el andar por la vida
mirábamos a lo lejos y podíamos tener la certeza de que era el camino correcto
Esto fue solo una pequeñísima parte de todo lo que llamábamos vida
y sin embargo lo recuerdo como si fuese ayer, la nostalgia envuelve cada centímetro de mi piel
entre tanto ir y venir ya hemos olvidado los motivos que nos hacían querer siempre más
de esos besos llenos de amor, esas caricias tan frías y a la vez inmensas
vacilábamos al decir -te quiero- por miedo de que al pronunciarlo, se hiciera efímero
Tal vez (uno nunca sabe) ahora estoy hablando por los dos
y todo esto que suena como un poema no es nada más que fantasía mía
pero que increíble cuando era real, podíamos lograr cualquier cosa
y un claro ejemplo de ello fue ¡NUESTRA FELICIDAD!
No hay comentarios:
Publicar un comentario