jueves, 18 de octubre de 2018

Sobrevivir

Siempre he creído imprescindible para mi, tener un rinconcito en el cual poder plasmar todo aquello que me ha creado un poco de todo dentro, tanto de buena o mala manera, pues es gracias a ello que voy caminando por la vida con la cara muy en alto por haber vencido mis propios demonios, escalando montañas de inseguridades y miedos que con el paso del tiempo se vuelven más llevaderas. 

Ese en el que indiscutiblemente vengo a quitarme la careta que muchas veces he colocado para evitar las típicas preguntas o el incomodo silencio cuando es innegable el corazón roto que sin ser tu culpa, se ha refugiado bajo estas letras que no paran de sangrar, porque a pesar de tanto daño, el corazón me pide a gritos convertir ese sufrimiento en poesía, melancolía que se me desprende de entre los dedos y solo quiere que alguien más lo entienda, que lo lea.

Como esperando que no se encuentre sola en este mundo lleno de rotos, inseguros, grises, y acallados bajo esa canción que escuchan con los audífonos puestos y la mente viajando hacía lo que fue, lo que quisieran ser y un sinfín más de historias inconclusas, barcos a la mitad de la nada, libros en blanco, esas primeras veces que nunca se atrevieron a ser, ¡vaya! ¿como explicarle al tonto corazón que no puede ir por la vida queriendo tan arrebatadamente?. 

Cuando lo único que ha aprendido es a entregar lo mucho o poco que tiene cuando la otra persona sabe ganarlo, él no sabe la diferencia entre las mascaras que se colocan ciertas personas y los que de verdad saben hacerlo, porque uno no nace lleno de dudas y tropiezos, la vida misma y las personas se van encargando de colocarte en donde hasta ahora parece ser tu camino.

Y vas por la vida coincidiendo con corazones más frágiles que el tuyo, almas que se han vuelto solitarias sin querer, esquinas que fueron testigos de los más cálidos besos para aquellos días de frío y lluvia, y todo lo humanamente posible cuando de emociones se trata, aunque ahora ya no quemen esos cuerpos que antes con solo verse lo hacían, y esa distancia se vuelve tan normal.

Saboreas cosas nuevas con la esperanza de borrar aquellos labios que eran tus favoritos, vas descubriendo formas totalmente únicas y te quedas con lo poco o mucho que pudiste aprender de lo pasado, aunque en tu interior sepas que ese sentimiento no se crea ni se destruye, solo se transforma en recuerdos, por muchos libros que empieces, por todas las películas que mienten acerca del amor, porque lo ilustran como lo mejor que puede haber, ya va siendo hora de tener muy en cuenta que ni con el pasar de los años lo vas a poder olvidar...








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