Que distante se ve el miedo cuando lo que te hacía tenerlo se va desvaneciendo
cuando en el medio de una canción ya no idealizas el rostro de alguien que se ha vuelto desconocido, en cambio te da pavor el nuevo sentimiento que crees ha tocado a tu puerta y te hace cosquillas.
Volteas la mirada y no recuerdas el color de esos ojos que antes tenías tan trazados en el alma y tampoco acostumbras pensar en la otra persona porque ya hay alguien más que te quita tu tiempo o te lo llena con sus tonterías, con el día a día.
No importa ahora los rasguños anteriores (tampoco es que ya se hayan ido), solo que encontraron un nuevo lugar para anidar, tampoco te mortifica que tan mala pudiste ser o cuantos errores cometiste para que hubiera ese espacio vacío entre "nuestra constelación y solo mía", has dejado de despertar a las 3 de la mañana por cualquier tontería, ese sentimiento tan parecido a la paz es algo que por mucho le gana a cualquier mariposas en el estomago.
Sonríes y logras ver que efectivamente esa media luna es mucho más hermosa que cualquier rostro apagado, melancólico, porque los sentimientos siempre encuentran una forma bruta de hacerse notar por fuera, ya no por las canciones que escuchas ni las veces que "nada" es la respuesta obligatoria para el frecuente ¿qué tienes?.
Es justo en tiempos como este que mi vida estaría más vuelta mierda que en ningún otro, solo Dios sabe cuanto lo quise y todo lo que habría hecho para que se quedara a mi lado, y ahora, después de algún tiempo he reconocido en alguien más, otra manera distinta de sentirme bien, de ir conociendo tantos aspectos ya olvidados dentro de mi.
Que no todo en la vida hiere, las personas que estamos hechas de tantas grietas, tantos tropiezos, ya no vamos por la vida con la intención de destruir porque sabemos como duele, y sin embargo, tampoco puedes ir por la vida sin el escudo en alto porque no todas las personas tienen aunque sea un toque de bondad.
Vuelves a escribir, pero ahora has dejado de lado la melancolía (o tal vez halló una nueva morada lejos de tu piel) y por las noches ya no hay café que te quite el sueño, ni almohada que logre entorpecerlo, esta vez te vas a dormir con un suspiro entre tu alma y tu boca, entre el pasado y lo que esta por venir...
lunes, 30 de julio de 2018
lunes, 23 de julio de 2018
Sentimientos encontrados
¿Qué tan a menudo cuentas las pestañas que se te han caído con el paso de los daños?
¿Cuantas veces por la mañana has deseado más un beso de desayuno que el propio café?
¿Es tan difícil esa sensación que se reduce a las veces que has deseado unos abrazos que no te suelten más?
He caminado sobre el abismo infinidad de veces y siempre me atisba su recuerdo, aquel que por mucho solía volverme loca, gritar unos te quiero tan llenos de lujuria, tan impregnados de sus besos y los versos que con el paso del tiempo he vuelto a escribir, aquellas tardes en que el reloj transcurría entre las horas lejos de él y lo que faltaba para volver a verlo, entonces ya no hay palabras que puedan identificarme, ni ojos que logren descifrar el ataque que siento cuando al final de la calle no le encuentro esperando por mi, o al mirar con el rabillo del ojo, he perdido su rostro y se que por más noches que sueñe, ya no volverá.
Disturbios y un sin número de remolinos han quedado desde su partida y ahora, sentada frente al umbral de lo desconocido me he preguntado en cuantas noches logró olvidarme, en cuantos besos se le borro el sabor de los míos, ahora lo que más he sentido a flor de piel es la agonía de no encontrar más nadie con el cual compaginar tan bien, con quien exista esa química que inevitablemente brotó desde el momento en que lo vi por vez primera.
Y su barba, ¡DEMONIOS! siempre amé cada detalle de su rostro, pero era eso lo que me volvía loca, sentía al fin haber encontrado todo aquello que nunca busqué pero siempre soñé, tardamos tantos años en poder arriesgarnos, y lo absurdo de esa separación lo sigo sintiendo tan poco común.
Ahora por ejemplo he notado un par de arrugas más por el peso de los rasguños que llevo a cuestas, en mi rostro ahora se han hecho notar las trasnochadas por su recuerdo y vuelvo aquí a escribir porque es lo único coherente que he logrado hacer desde su ausencia, ese chico que ahora se ha tornado de un tanto desconocido, lejano, efímero me resulta difícil de reconocer aunque su rostro se parezca tanto a aquel que muchas veces me robo besos, caricias, suspiros, abrazos y tantos otros que ya no logro nombrar.
Y yo aquí, siendo la misma torpe que busca su sonrisa en plena calle, la misma que una tarde de domingo esperaba encontrar el amor, y volvía por las noches fatigada de tanto andar por la vida pero feliz por saberse de él...
¿Cuantas veces por la mañana has deseado más un beso de desayuno que el propio café?
¿Es tan difícil esa sensación que se reduce a las veces que has deseado unos abrazos que no te suelten más?
He caminado sobre el abismo infinidad de veces y siempre me atisba su recuerdo, aquel que por mucho solía volverme loca, gritar unos te quiero tan llenos de lujuria, tan impregnados de sus besos y los versos que con el paso del tiempo he vuelto a escribir, aquellas tardes en que el reloj transcurría entre las horas lejos de él y lo que faltaba para volver a verlo, entonces ya no hay palabras que puedan identificarme, ni ojos que logren descifrar el ataque que siento cuando al final de la calle no le encuentro esperando por mi, o al mirar con el rabillo del ojo, he perdido su rostro y se que por más noches que sueñe, ya no volverá.
Disturbios y un sin número de remolinos han quedado desde su partida y ahora, sentada frente al umbral de lo desconocido me he preguntado en cuantas noches logró olvidarme, en cuantos besos se le borro el sabor de los míos, ahora lo que más he sentido a flor de piel es la agonía de no encontrar más nadie con el cual compaginar tan bien, con quien exista esa química que inevitablemente brotó desde el momento en que lo vi por vez primera.
Y su barba, ¡DEMONIOS! siempre amé cada detalle de su rostro, pero era eso lo que me volvía loca, sentía al fin haber encontrado todo aquello que nunca busqué pero siempre soñé, tardamos tantos años en poder arriesgarnos, y lo absurdo de esa separación lo sigo sintiendo tan poco común.
Ahora por ejemplo he notado un par de arrugas más por el peso de los rasguños que llevo a cuestas, en mi rostro ahora se han hecho notar las trasnochadas por su recuerdo y vuelvo aquí a escribir porque es lo único coherente que he logrado hacer desde su ausencia, ese chico que ahora se ha tornado de un tanto desconocido, lejano, efímero me resulta difícil de reconocer aunque su rostro se parezca tanto a aquel que muchas veces me robo besos, caricias, suspiros, abrazos y tantos otros que ya no logro nombrar.
Y yo aquí, siendo la misma torpe que busca su sonrisa en plena calle, la misma que una tarde de domingo esperaba encontrar el amor, y volvía por las noches fatigada de tanto andar por la vida pero feliz por saberse de él...
sábado, 21 de julio de 2018
Hoy soy solo yo
Últimamente he estado descuidando cosas tan importantes para mi por el simple hecho de poder "encajar" con aquellas personas que antes me era tan fácil hacerlo, me detengo y pienso en que momento mi vida se volvió de una forma tan increíblemente difícil, de que ahora las resacas pesan más por ser morales, ya no basta con salir de la rutina, de intentar "divertirme" porque me he tornado de una manera irreconocible, tambaleo al volver mi cabeza y resolver la más cruel de las verdades, ya no puedo reconocerme y eso duele más que cualquier corazón roto.
A tal grado de no poder pasar tiempo a solas por el pesar de la mente, la certeza de que mi subconsciente me traicione y vuelva a tener pesadillas recurrentes, a despertar a las mismas 3 de la madrugada todos los días ya sea por un dolor de cabeza, de estomago o del corazón.
Me resulta tan agobiante mantener esta careta ante todo el mundo y salir a la calle con el montón de dudas a cuestas, tantos remordimientos y falta de confianza que poco a poco van cobrando factura entre lo que fui y en lo que me he convertido.
Bastaría con echar un vistazo a mi pasado para destrozarme, innumerables veces lo he hecho y es por eso que puedo asegurarlo, no es suficiente ser buena hija, hermana, tía, porque muy en el fondo hay una parte de ti que se ha cansado de tantos errores, unos más fatales que otros pero no dejan de serlo, y es una parte de ti que pide a gritos poner punto final a todo, renunciar a la vida que hasta hoy has llevado y correr tan lejos como puedas, que el viento haga lo suyo y te ayude a superar cada dolor y frustración acumulados dentro de tu cuerpo y tu mente.
Que desgastante resulta el ir y venir, cuando de tu bienestar se trata, que incomodo el momento cuando alguien te pregunta ¿como estas? sin poder describir el arsenal de sentimientos encontrados, hoy ya no se trata del chico que se fue porque no encontró motivos suficientes para hacer lo contrario, tampoco del padre que nunca en mi vida he conocido, ni de los múltiples problemas que he tenido con mi madre, hoy quiero dar un respiro y ser mejor de lo que pude haber sido hace años, meses o días.
Tengo muchas lagrimas acumuladas porque nunca fue el momento de soltarlas, tantos te odio frente al espejo que se quedaron en medio del camino, mi vida debería girar en torno a lo que me hace feliz y lo que estoy dispuesta a hacer para lograrlo, hoy en día quiero caminar sin miedo a una interrogante, o a un reclamo de mi interior, porque la felicidad a medias ya no debería formar parte de mi...
A tal grado de no poder pasar tiempo a solas por el pesar de la mente, la certeza de que mi subconsciente me traicione y vuelva a tener pesadillas recurrentes, a despertar a las mismas 3 de la madrugada todos los días ya sea por un dolor de cabeza, de estomago o del corazón.
Me resulta tan agobiante mantener esta careta ante todo el mundo y salir a la calle con el montón de dudas a cuestas, tantos remordimientos y falta de confianza que poco a poco van cobrando factura entre lo que fui y en lo que me he convertido.
Bastaría con echar un vistazo a mi pasado para destrozarme, innumerables veces lo he hecho y es por eso que puedo asegurarlo, no es suficiente ser buena hija, hermana, tía, porque muy en el fondo hay una parte de ti que se ha cansado de tantos errores, unos más fatales que otros pero no dejan de serlo, y es una parte de ti que pide a gritos poner punto final a todo, renunciar a la vida que hasta hoy has llevado y correr tan lejos como puedas, que el viento haga lo suyo y te ayude a superar cada dolor y frustración acumulados dentro de tu cuerpo y tu mente.
Que desgastante resulta el ir y venir, cuando de tu bienestar se trata, que incomodo el momento cuando alguien te pregunta ¿como estas? sin poder describir el arsenal de sentimientos encontrados, hoy ya no se trata del chico que se fue porque no encontró motivos suficientes para hacer lo contrario, tampoco del padre que nunca en mi vida he conocido, ni de los múltiples problemas que he tenido con mi madre, hoy quiero dar un respiro y ser mejor de lo que pude haber sido hace años, meses o días.
Tengo muchas lagrimas acumuladas porque nunca fue el momento de soltarlas, tantos te odio frente al espejo que se quedaron en medio del camino, mi vida debería girar en torno a lo que me hace feliz y lo que estoy dispuesta a hacer para lograrlo, hoy en día quiero caminar sin miedo a una interrogante, o a un reclamo de mi interior, porque la felicidad a medias ya no debería formar parte de mi...
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