martes, 3 de abril de 2018

Duelo









 Un día despiertas & tu cuerpo ya no responde de la misma manera, incluso ahora ya no quiere descansar o simplemente no puede, es más difícil para ti lo que en algún momento te resultaba la cosa más tonta y sencilla de poder lograr, y no se trata de la madurez física, es algo que va más allá, un alma vieja que se ha dado a la tarea de sobrellevar tanto hastió que en su momento valía la pena a cambio de una sonrisa.

Me niego a aceptar que sea su ausencia la que ha dejado tanto mal humor, y tantas malas caras, es que no hay nada que me hierva más la sangre de dejar algo inconcluso, con puntos suspensivos, y entonces pasa que poco a poco pierdes el interés en cosas que no te calan en los huesos, en personas que van por la vida sin una luz propia, buscas quién te llene de emociones nuevas, que te erice la piel y te haga ser mejor.


Llevo una sola noche en que mi cuerpo ha reaccionado ahora de la peor forma posible, & entonces tu recuerdo viene a mi mente como por inercia, me descubro saboreando esos besos que me volvían loca hasta el punto de separar mi cuerpo de la realidad, tu barba que hacía cosquillas en mi ser, lo más efímero que pudo haber, eso fuimos nosotros, sin embargo aún dueles por todas las veces que fui feliz a tu lado, todas las tontas sonrisas que me robabas.


Aún no se que parte es más difícil, estar escribiendo a quién nunca se dará por enterado de ello, no saber si tú también me extrañas tanto como yo a ti, tu suéter escondido en mi armario (aunque no tanto como para olvidarlo), esa playera que con tanto esmero te obsequié el día de tu cumpleaños, las pocas fotos que aún guardo juntos, y también las que me tomabas y que tanto amaba, o todo junto.


Y si es cierto que la tristeza tiene etapas de duelo, quiero vivirlas al máximo, porque no hay nada que cale tan dentro de mi ser como tu recuerdo, la añoranza de un nosotros, el sentir que al menos cada momento a tu lado valió todo porque era feliz.

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