Un día como cualquier otro te descubres envuelta en risas,
con algún miedo que se asoma desde lo más profundo de tu ser,
con ya muy pocas mariposas revoloteando por doquier
a sabiendas de que a estas alturas es más probable caer desde un precipicio
Y lo haces, te arriesgas porque sientes que ya lo has perdido todo,
que otra cortada ya no puede ser tan grave como lo fueron las primeras,
deseando con todas las fuerzas de tu alma que todo sea verdad,
malgastando el deseo que le has pedido al diente de león soplando sus pétalos
Te descubres una tarde con los nervios de punta como adolescente
a la expectativa de la cita que habías estado postergando por un sinfín de razones,
resolviendo aceptar porque ya has estado mucho tiempo con el alma de luto
y la coraza intacta, deseando que por fin alguien te observe y él lo hace
Con la más dulce e inocente mirada resultando traspasar las murallas
que habían echado raíz convirtiéndose en viejas y difíciles de sobrellevar,
volviendo a pintar aquellas paredes que habitaban dentro
con colores vivos como el atardecer, abriendo puertas y ventanas
Sintiendo de todo, no logro evitarlo, pareciera que tampoco quiero hacerlo
tambaleándome entre amores del pasado, amistades que permanecieron,
sentimientos que cambiaron de fachada pero que regresan un poco mejorados,
siempre guardando espacio para albergar una nueva esperanza
Bastando un vistazo hacia el espejo para apostarlo todo a mi,
sin saber si esta vez saldré victoriosa, ya no quiero quedarme con la duda
porque es mejor cualquier cosa a la incertidumbre, a seguir con la hoja en blanco,
esta tinta que nace desde fuera, va de a poco y no planeo detenerla...
martes, 4 de mayo de 2021
Remodelación
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