Hoy como muchas otras veces quise hacerle caso a mi intuición
y me fui contra la pared al apostarle a mi ropa,
al creer que la mujer empoderada que vi en la mañana frente al espejo
sería la misma que sale a la calle sin importarle los miramientos.
Esa que tantas veces se despierta con una sonrisa al primer rayo de sol,
aunque la mayoría de ocasiones sean las mañanas su peor momento,
dudo al primer defecto que me encuentro y me voy para abajo
con tan poquito que apenas es perceptible, sin embargo yo lo vuelvo enorme.
Quiero ser mucho más como lo que visualice de niña
y lo intento lo juro, cuando a las 4 de la tarde mi adulta se rinde
teniendo que rescatarla esa pequeña que siempre sonreía
esperando que el día siguiente ya no pese tanto.
Ser de todo y por todo mucho más que solo una cara bonita,
o un cuerpo que no es del todo envidiable ni admirable,
siempre he querido que me recuerden por ser autentica,
y tener el poder de encender chispas en el corazón de los que quiero.
Soy luz y oscuridad sin quererlo, me vuelvo fuego en las manos correctas
y hielo en donde no encuentro esa magia que te revuelca las entrañas,
nunca he tenido puntos medios porque el gris me resulta muy aburrido,
así como las personas sin alma y las canciones sin vida.
Hoy tengo claras mis convicciones y espero seguir de pie
en el lapso de la vida que me quede aun con tantas interrogantes,
con la luna esperando la oportunidad de adueñarse de mi alcoba
y varios versos que se escapan de vez en cuando y vienen a cobrar vida...
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