Que me he ido de cabeza en numerosas ocasiones
tratando de entender a las personas que fallan,
cuando a las 3 de la mañana no hay nadie de mi lado izquierdo,
ni esperándome bajo un puente con tulipanes rojos.
Desenredando todo esta maraña de sentimientos
que ahora yacen bajo una fría sonrisa a las 6 de la tarde
como esperando que si exista el arco iris al final del camino,
o poder arreglar los problemas debajo de unas sabanas blancas.
Trazando una ruta de escape por si la requiero un día cualquiera,
que me llegue el humo al cuello, y ya no pueda respirar
o que mis manos ya no tengan manera de memorizar una piel
y ese susurro que viene mientras divisas por la ventana el anochecer.
El reconocimiento de que hay algo más que solo aves de paso,
o trenes que nunca llegan a su destino o unen a dos amantes,
un café recién hecho que espera darle sentido a quien le necesite,
esos colores que se supone deberían iluminar la habitación.
Una mirada dispuesta a resolver los enigmas de la noche,
un abrazo que me abrigue los miedos y la incertidumbre,
esos labios que han estado esperado el momento exacto
cuando ya no hay punto de retorno y te avientas al abismo.
Esa locura que se disfraza de dulzura y ternura,
con la luna encajada en el armario
y sus destellos reflejados en las comisuras de su rostro,
la noche se ha vuelto nuevamente con su nombre.
Ya no hacen falta oraciones inconclusas ni tés para el insomnio,
ahora todo cobra sentido cuando es su nombre el que aclamo,
cuando mis manos dibujan la silueta de un cuerpo familiar,
sin siquiera lograr adivinar lo que vendrá después del quizás...
lunes, 25 de noviembre de 2019
lunes, 11 de noviembre de 2019
Insomnio
Esas madrugadas que se han vuelto mi peor pesadilla
cuando entre frío y dolores de cabeza el insomnio viene a joder,
cuando entre frío y dolores de cabeza el insomnio viene a joder,
desatando varias incongruencias entre mi paz y los demonios internos
de entre los espacios vacíos que ahora ocupan mi cama.
de entre los espacios vacíos que ahora ocupan mi cama.
Personas que antes eran una medicina para el alma
se han vuelto lejanas, frías como las mañanas en invierno
cuando despiertas envuelta en un montón de cobijas
con la esperanza que caliente un poco también ese corazón.
Cansada de las mismas cosas que hace la gente para alegrarse un poco,
cuando tu lo que quieres es sentirte un poco fuera de lo común
porque estas segura que te lo mereces por tantas guerras vividas,
por esas veces que saliste ilesa o con pocos rasguños y seguiste.
Cuantos pasos se convirtieron en un solo camino sin vuelta atrás,
bailando entre la muchedumbre con cara de hastío
sintiendo los pies tan ligeros que apenas y rosan el asfalto,
y los brazos llenos de ganas de emprender un vuelto tan alto como lo mereces.
Cantas para calmar la decepción y esa melancolía se ha vuelto tu soundtrack
cuando en medio de una silaba dejas que te cale los huesos
y esos gritos desesperados se vuelven con calma y menos cotidianos,
te descubres con un escudo que anuncia una fuerte guerrera que sigue en pie.
Tardas 10, 30 minutos o una hora bajo la ducha
dejando que el agua enjuague esos malos pensamientos,
dejando que el agua enjuague esos malos pensamientos,
vuelves a esperar lo inesperado cuando una tarde sales a caminar
y la sonrisa vuelve a invadirte desde dentro...
y la sonrisa vuelve a invadirte desde dentro...
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