viernes, 19 de octubre de 2018

Cansancio

Quería gritar y destrozarlo todo a mi paso, esquivar cada uno de los golpes y tropiezos que le ha puesto la vida a mi andar, esconder ya no es de mis cosas favoritas porque si uno esta eufórico no importan ya tantas etiquetas que la sociedad impone ante el respeto, la educación, la mediocridad, ¡al carajo tantos absurdos!.

Después de que uno va por la vida con la esperanza de poder volar, de despertar y que el día te sonría como tantas veces lo has pedido, sin importar que tan cargado este el café, o que tipo de clima sea el que se asoma por la ventana, esas sabanas hechas una mierda por toda la noche en que envolvieron las pesadillas recurrentes o el frío que innegablemente se cuela del espacio que ha dejado la puerta entreabierta, por eso de los fantasmas o la oscuridad.


Y los ecos de la casa ahora se hacen un poco menos fuertes, ha llegado una visita inesperada, que aunque te vuelca el corazón y te calma el vacío, empiezan nuevamente tantos y tantos conflictos, preocupaciones, angustias del sentirse inútil ante las adversidades, como si de nada sirvieran todos estos años librando esta batalla llamada vida que siempre te golpea con mayor fuerza, entonces esos escudos que has puesto no sirven de mucho a la hora de pelear, y se te viene como avalancha un sinfín de obstáculos.

Ahora ya no basta con acostarse cada noche con al esperanza de que los sueños logren mitigar la angustia y el dolor que llevas dentro, no puedes mentirle a la del espejo porque es la única que te conoce a la perfección, ¡y que cortos se quedan los dolores físicos a comparación de toda esta revolución que ha llegado!.

Las cosas cotidianas se han hecho tan pesadas, el tener que manejar una careta ante la sociedad, ¡y que va! a ellos les importa un carajo todo eso que te esta ocurriendo, y es normal porque allá afuera cada quien es dueño de su propio silencio, esclavo de sus batallas y sufrimientos.


Curiosamente me he cansado de tantos errores en mi vida, desearía por una vez poder ganar, quedarme sentada y decir que valió la pena tanto esfuerzo, que esa recompensa de la que todo el mundo habla ya ha llegado por fin para instalarse, quedan tantos años por delante y tristemente ya se me han agotado mis ganas de seguir, ojalá la vida también tuviera una caja sorpresa que te anunciara para donde dar vuelta o cortar camino...




jueves, 18 de octubre de 2018

Sobrevivir

Siempre he creído imprescindible para mi, tener un rinconcito en el cual poder plasmar todo aquello que me ha creado un poco de todo dentro, tanto de buena o mala manera, pues es gracias a ello que voy caminando por la vida con la cara muy en alto por haber vencido mis propios demonios, escalando montañas de inseguridades y miedos que con el paso del tiempo se vuelven más llevaderas. 

Ese en el que indiscutiblemente vengo a quitarme la careta que muchas veces he colocado para evitar las típicas preguntas o el incomodo silencio cuando es innegable el corazón roto que sin ser tu culpa, se ha refugiado bajo estas letras que no paran de sangrar, porque a pesar de tanto daño, el corazón me pide a gritos convertir ese sufrimiento en poesía, melancolía que se me desprende de entre los dedos y solo quiere que alguien más lo entienda, que lo lea.

Como esperando que no se encuentre sola en este mundo lleno de rotos, inseguros, grises, y acallados bajo esa canción que escuchan con los audífonos puestos y la mente viajando hacía lo que fue, lo que quisieran ser y un sinfín más de historias inconclusas, barcos a la mitad de la nada, libros en blanco, esas primeras veces que nunca se atrevieron a ser, ¡vaya! ¿como explicarle al tonto corazón que no puede ir por la vida queriendo tan arrebatadamente?. 

Cuando lo único que ha aprendido es a entregar lo mucho o poco que tiene cuando la otra persona sabe ganarlo, él no sabe la diferencia entre las mascaras que se colocan ciertas personas y los que de verdad saben hacerlo, porque uno no nace lleno de dudas y tropiezos, la vida misma y las personas se van encargando de colocarte en donde hasta ahora parece ser tu camino.

Y vas por la vida coincidiendo con corazones más frágiles que el tuyo, almas que se han vuelto solitarias sin querer, esquinas que fueron testigos de los más cálidos besos para aquellos días de frío y lluvia, y todo lo humanamente posible cuando de emociones se trata, aunque ahora ya no quemen esos cuerpos que antes con solo verse lo hacían, y esa distancia se vuelve tan normal.

Saboreas cosas nuevas con la esperanza de borrar aquellos labios que eran tus favoritos, vas descubriendo formas totalmente únicas y te quedas con lo poco o mucho que pudiste aprender de lo pasado, aunque en tu interior sepas que ese sentimiento no se crea ni se destruye, solo se transforma en recuerdos, por muchos libros que empieces, por todas las películas que mienten acerca del amor, porque lo ilustran como lo mejor que puede haber, ya va siendo hora de tener muy en cuenta que ni con el pasar de los años lo vas a poder olvidar...