jueves, 30 de julio de 2020

Ave Fénix

Te dibujé del lado derecho de mi pecho porque siempre fuiste un error
siempre fuera de rango o a destiempo y sin embargo disculpando todo
cuando con eso bastaba para volver a encontrarme sumergida en ti

Con tanto que nos faltó por recorrer, mis pies decidieron parar,
por miles de veces en que sentí respirar con una pizca de brisa
que asomabas de entre tus comisuras rotas, rasgando mi paz,
censurando cualquier otro atisbo de cariño por alguien más

Pintando tonalidades nuevas y raras a esas tardes inciertas,
despertando nuevas formas de querer y de creer al instante de coincidir,
calmando mi alma con solo un roce de tus manos, de tu boca
y de todas esas esperanzas que se disfrazaban al compás de tu voz

Escarbando desde los escombros que alguien más habría dejado,
rompiendo ventanas, pisos y paredes a nuestro paso,
como quien ha decidido re decorar desde dentro para volverse único,
y no pasar desapercibido ante el paso y el peso de los años

Nos faltaron un millón de primaveras y nos sobraron tantas mentiras,
que en más de una ocasión creía estar al borde del abismo
mientras continuara caminando de la mano de un desconocido
queriendo convencerme que en otras vidas habríamos sido el uno para el otro

Todo y nada al mismo tiempo, el gris se había vuelto algo viable,
como cuando tratas de creer que si rozas el borde de un cuchillo no te cortará,
esperando una lluvia inmensa en medio de tanta sequía,
volviendo a los vicios de vez en cuando mientras esperas lo inevitable

Y otra vez me encuentro aquí pensando en lo único que me mantiene a flote
sin tener una mínima idea de lo que se avecina, queriendo ser positiva
como último recurso cuando ya no tienes nada que perder
porque se lo han llevado todo y las cenizas siguen ardiendo intactas...






 

jueves, 9 de julio de 2020

Si hubiera sabido

Si la última vez que te vi hubiera sido consciente de ello
me habría aprendido de memoria las comisuras de tus labios,
la longitud de tus brazos en donde yo cabía perfectamente
y el espacio entre tu alma y la mía que se fundían de vez en cuando

Tendría que haberle hecho justicia a todos esos años siendo uno
y nos hubiera arreglado un mejor final, sin odios ni rencor
en el que solo cupieran los buenos momentos y lo bien que nos hicimos,

esas tardes hablando de nada y todo a la par, recorriendo la ciudad

O volviendo algunos lugares nuestros sin proponer nada más que dicha,
con esos puntos suspensivos que nos acompañaban de vez en cuando,
siempre esperando algo que no sabíamos si llegaría pero intentando
cada uno convertir el estrés en risas y la compañía en tranquilidad


Si mi yo antigua te hubiera perdido así, ya habría corrido a buscarte,
a suplicar tu regreso e implorar que ese odio jurado no fuese real,

que nos perdiéramos por última vez en medio de las sabanas
o encima del sillón, entre gritos y sudor, con el mundo afuera girando

Y nosotros llenos de caricias, de besos sin parar y con prisa,
como aquellos días en que nos reconocíamos y los suspiros se calmaban
nuestras risas se entre cortaban por esos ruidos tan conocidos
que ya no era necesaria ninguna otra explicación

Sin embargo no logro hacer justicia al desbordamiento de sentimientos
cada que tu mirada se encontraba con la mía
o las múltiples emociones que lograbas con tan solo un beso,

caricia o risas compartidas sin importar nada más que nosotros

Tan absurda suena ahora esa palabra,

que voy a dejar tu punto final
con la esperanza de que el tiempo nos sane

o por lo menos duela menos el volver a vernos

Porque una palabra nunca me bastará para poder definirte
ni tu nombre alcanza cuando de dulzura se trata,
o ese aroma que me hacía regresar a ti cada cuanto
y con innumerables latidos que devolvías en alegría...







lunes, 6 de julio de 2020

A la medida

Todo lo que a su paso han dejado estos días solo se resume en caos
tanto físico como mental que me ha volcado de pies a cabeza,

con las manos atadas por tanto y tan poco irónicamente,
que resultan tan vacías las tardes noches en que no encuentro calma

Cuando una esta tan acostumbrada a saberse independiente 
que da miedo sentirse tan sola un domingo lleno de crudas y remordimientos,
en que las ganas de todo y nada al mismo tiempo se avivan 
y la esperanza decae porque hace mucho que pesa la sonrisa fingida 

Me lleno de un millón de ideas y solo atino a dejarme ir,
a separar un poco lo que necesito de lo que se supone es correcto,
las llamas dentro de mi pecho se tienen que ir apagando por mi propio bien
y saboteo las posibilidades que me vuelvan a llenar los ojos de lagrimas

Porque una noche cualquiera decidí ser valiente y detener al pasado
cuando comenzaba a resurgir y mi yo interna gritaba con locura
unos cuantos te quieros que aun seguían dentro pero ya flaqueaban,
y mi corazón armó un escudo con las palabras justas para detenerlo

La espera siempre me ha parecido una de las muchas malas jugadas
cuando no se sabe hacia donde nos llevará o que traerá a su paso

y te encierras en la incertidumbre con un montón de posibles resultados
sabiendo que casi nunca le has ganado al paso del tiempo

Y sin embargo te arriesgas y tiras los dados con el 11:11 de por medio,
te asomas y le pides consejos a la luna mientras recuerdas ese rostro
que ahora ya se ha ido difuminando y perdiendo brillo dentro tuyo
pero aun sabiendo que cuesta empezar de cero y volver a creer

Se van añadiendo tantos malestares por más que te niegues a aceptar
porque de todo lo que has vivido siempre sales con menos ganas
de volver a sentir, con tantas sensaciones difíciles de contener,
cuando vas dejando a tu paso malas caras que esconden tu tristeza

Y unas manos cualquiera te van sosteniendo sin imaginar
la cantidad de veces que la derrota te viene a visitar,
quizá en una de tantas encuentras un corazón hecho a tu medida
que te llene de paz y se convierta en hogar...