lunes, 19 de agosto de 2019

Descripción

Nunca se me ha dado muy bien eso de describir a las personas
pero es que con él es tan fácil hacerlo que quise intentarlo una vez:
se le dibujan dos comillas a un costado de sus mejillas
que resulta adictivo e incitante verle o sentirle cerca.

Aunque nunca lo he tenido cerca puedo adivinar el olor de su cuerpo
y la suavidad de su piel con la que combina el color de ella,
ese cabello rebelde que esconde un mundo infinito de magia,
las cejas pobladas que son como guarida para esos ojitos coquetos.

Esa nariz que roba la respiración a unos centímetros de mi piel
por todo lo que hemos esperado desde el día en que coincidimos,
sus manos tan proporcionales al calor que emanan, un tanto ásperas
como esperando tener alguien a quien acariciar que valga la pena.

Esos ojos que dicen tanto con solo una mirada y te hacen adivinar
que hay algo perverso y dulce a la vez que inevitablemente vuelve loca
a quien le mire, y su boca ¡dios! esa boca que tantas veces he imaginado
besar, morder los labios y terminar sin aliento, queda perfecta con su rostro.

Su cuello es otra parte de él que me atrapa y me invita a pecar
y quererle besar una, dos y las veces que sean necesarias 
hasta estremecerlo, el pecho tan bien construido que resulta difícil no verle
y pensar en tantos pecados que estaría dispuesta a cometer por tenerle cerca.

Querer hacer algo para que no pase de largo su visita en mi vida,
que sepa que desde que llegó a la mía he descubierto tantas cosas
que había olvidado dentro mio y que quiero dejar huella en él 
para que me piense sino siempre por lo menos por las noches
cuando sienta que algo le falta y mire su celular imaginándome. 

Con esa cara de inocente que me permite verlo con los ojos cerrados
esperando por mi mientras me llena de besos tiernos y uno que otro arrumaco
bajando sus manos de mi cintura hasta un poco más y apretándome a su lado,
ya es más de lo poco que me va quedando de él lo que aquí he puesto...








jueves, 1 de agosto de 2019

Otra vuelta al sol

Hoy soy una hoja en blanco esperando que alguien le de vida,
que cuente lo poco que ha ido aprendiendo a lo largo del día
y dibuje con sus manos garabatos que van tomando forma,
nombrando tantos huecos que han quedado vacíos desde dentro

Y que la vida poco a poco se va transformando en muchas cosas
menos las que en realidad te hacen saltar de la cama
a las 2 de la mañana solo para voltearte y sonreír por quien esta a tu lado,
sintiendo esos sueños como una bofetada necesaria para continuar.

Otros 365 días de oportunidades en los que la mayoría de las veces
volteo para ver que tanto he avanzado y cuanto falta por pisar,
y me detengo una noche a respirar y soltar tantos recuerdos 
y una que otra lágrima que baja en silencio por mi cara pálida.

Hace años que mis manos y mi cuerpo no tienen vida y se enfrían,
como recordando el vacío que ahora habita en mi ser,
por más amigos que me rodeen y personas que se acerquen
siempre hay un espacio entre ellos y lo poco que queda de mi.

Pasa siempre la misma canción en la radio como anunciando cotidianidad
y los labios se agrietan un poco más cuando de esperar se trata,
ahora se ha ido un poquito más a quien daba por sentado,
dejándome con un montón de cosas por decir y hacer en su lugar.

Otro año en el que por supuesto los raspones que ahora llevo
tienen un lugar en especial donde duelen un poco más
y van cambiando de colores con el paso del tiempo
como un arco iris que anuncia la calma después de la tempestad...