viernes, 15 de mayo de 2020

De pie

Me he de permitir una nueva disculpa cuando por las noches
viene otra vez este arrepentimiento de haberlo dado todo
por quien tuvo demasiadas intermitencias e interrogantes para conmigo,
quien una tarde de primavera se alejó sin dar explicación ni rastro de si

Porque me vino a joder todos mis escudos que había elevado
tan alto pareciendo inalcanzables y difíciles de traspasar

volcandolos de vez en vez tan lento que sin darme cuenta
ya había acunado en un espacio diminuto del lado izquierdo de mi pecho
 

Cuando daban las tantas de la mañana y yo no obtenía señal alguna
de que había amanecido pensando en mi y extrañándome de su lado,

creyendo lo poco que demostraba cuando yo ya lo había vuelto enorme
porque desde mis ojos veía como si todo fuese perfecto, como él lo pintaba

Por muchas señales que la vida y los míos me hicieran saber
yo parecía sorda e inmune a tanta verdad que se escondía tan bien,

como la de veces que fui capaz de amar a alguien que me daba
lo que yo tontamente me negaba a aceptar: mi evidente búsqueda del amor


Creyendo ingenuamente que podía con todo y contra todos,
por los raspones que aun guardaba dentro queriendo sanar
como si mi lista de deseos de pronto hubiera tenido sentido
cobrando vida en alguien tan irreal que sus defectos eran lo de menos

Bastando con tener el mundo a mis pies por un momento
para que la vida misma se encargara nuevamente de abofetear
esta realidad y hacerme ver tan crudamente el vacío

que deja quien tantas veces se encargo de llenar los días y noches

Sintiéndome tan poco cuando en realidad el fallo no he sido yo
porque el haber creído merecer tanta felicidad nunca será pecado,

bastandome todo aquel que de verdad valga mi tiempo
y los buenos momentos que aun puedo ofrecer para continuar


Nunca he sido de desearle mal a nadie porque he de ser humana
y enfocarme unicamente a salir de todos estas subidas y bajadas,

revisando a mis lados para seguir mi camino sin tropezar
buscando siempre la manera de brillar aun con tanta oscuridad...


















 

jueves, 7 de mayo de 2020

Noches

Hoy toca escribir de amor
porque ya van muchas noches en que me reconstruyo

mirando entre unas pestañas largas y bonitas,
refugiándome entre unos abrazos fuertes y cálidos

En que mis manos entrelazan sueños y esperanzas
como cualquier niño que va abriendo sus alas
y decide ser feliz, sonreír en medio de tanto ruido,

creer aun con esta incertidumbre que divide al mundo

Salvar las cosas bonitas que se han perdido con el paso del tiempo
y con el peso de los descontentos, malos ratos y tragos amargos,
porque uno cuando quiere a rompe madre saben mejor las alegrías,
los espacios se van llenando de a poquito y ya no hay prisas

El mundo se detiene a contemplar a los amantes a lo lejos
queriéndose despacito y muy bajito para no romper aquella magia
provocada por las sonrisas de media luna, las caricias 
dibujadas desde la frente a lo largo de sus rostros

Trazando innumerables caminos por las calles ya conocidas,
como esperando que sean testigo silencioso de su amor
y sin proponerselo algún día logren que la gente crea en ello,
en eso que muchos aun aguardan expectantes pero con una pizca de fe

Pidiendo a la luna que las noches se detengan a admirar su belleza,
olvidándose tantas veces del mundo y haciendo el suyo propio
con las manos sujetando esos sueños que ahora cobran vida
y las piernas entrelazando sus cuerpos una tarde cualquiera 

Ahora danzan y gritan su felicidad sin preocuparse si mañana seguirán
cuerpo a cuerpo con las mismas ganas que ahora se tienen,
con esa chispa que crece cada vez más cuando sin querer se rozan
y se acarician, arrancando poco a poco su ropa y desnudando su alma...